LA derecha está siendo perniciosa para España por muchos motivos. El primero, por estar engordando a la banca en lugar de pensar en cómo salir de la crisis junto a la ciudadanía. El segundo, y más grave, por la aprobación de toda una normativa en forma de Real Decreto Ley con la que nos devuelven 70 años atrás. Parece que el PP sintiera añoranza por el analfabetismo de entonces en Andalucía, por la desprotección social que con tanto esfuerzo ha combatido el PSOE junto a colectivos sociales o de la miseria que hemos ido erradicando gracias al desarrollo de nuestro Estatuto de Autonomía.

El fondo de todas las acciones del Gobierno de España no es otro que la transformación radical del actual modelo social a otro menos justo e igualitario para todos pero mejor para el mantenimiento de sus privilegios. Para eso, ponen especial empeño en el apartado educativo, conscientes de que condicionará el futuro diseño de la sociedad a una más cohesionada o elitista, más homogénea o piramidal.

Eso explica que la enseñanza pública esté sufriendo dos duros ataques por parte del Gobierno del PP. Por un lado, un fuerte recorte presupuestario - de más de 300 millones en Andalucía- y, por otro, el diseño de una nueva Ley Educativa, la LOMCE, sin consenso. Esa propuesta retrógrada aspira a una educación para élites, planteando una autopista de peaje para los que tengan recursos y una carretera secundaria para el resto con la que terminan convirtiendo la escuela pública en una escuela de segunda categoría, subsidiaria de la enseñanza privada.

La Ley desautoriza, de paso, al profesorado con exámenes o reválidas externas que expulsarán del sistema educativo a miles de jóvenes aunque tengan, atención, todas las asignaturas aprobadas. No podemos permitir que la derecha destruya la educación construida entre todos y, por eso, desde el PSOE exigimos al Gobierno que haga una rectificación total y retire tanto su proyecto de becas como la Ley Wert.

Mientras que no lo hagan, Andalucía seguirá construyendo un muro de contención con el que proteger a las familias, aumentando en un 14% el presupuesto a ayudas o becas propias y conservando la gratuidad del transporte escolar, de los libros de texto y todas las plazas de comedor y aulas matinales.