Miércoles de ceniza

Que las Cofradías y Hermandades no caigan en el solo marcado carácter socio-cultural y turístico

Este próximo día 2 de marzo es el Miércoles de Ceniza, comenzando el periodo litúrgico de la Cuaresma hasta la llegada a la semana del gran Misterio del Amor encarnado en Jesucristo con la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios, desde el Domingo de Ramos a la Gran Vigilia Pascual de la Noche del Sábado Santo, noche del Cirio encendido, de las candelas que rompen la oscuridad de las tinieblas anunciando el Domingo de Resurrección, que se prolongará hasta la solemnidad de Pentecostés. Con el rito de la ceniza en la frente de las manos santas del sacerdote nos evocará las palabras del Amor que viene de Dios, Creador y Padre providente, y fundamento de la fraternidad universal: "Convertíos y creed en el Evangelio", para que las mismas ahonden en las entrañas del corazón, del alma y la razón, y reestablezcamos las relaciones con Dios y con el prójimo, rotas o deterioradas por el pecado y la devaluación de toda referencia religiosa y moral en la secularizada sociedad civil. Vivimos tribulaciones dramáticas a nivel universal en donde cunde el desánimo, la desconfianza, el miedo y la inseguridad, siendo necesario dar un paso al frente y dejarnos juzgar por la Verdad, por el proyecto de Dios, para que la muerte de Cristo que celebraremos y el amor de Dios, nos salve con la oración y la penitencia de la indiferencia, de la falta de autenticidad y del compromiso cristiano. Que las Cofradías y Hermandades no caigan en el solo marcado carácter socio-cultural y turístico, sino que para alcanzar la vida eterna es necesario la asistencia a las funciones litúrgicas para celebrar los Santos Misterios en comunión eclesial, y con el ayuno y la abstinencia, recuperar la interioridad del alma, la posibilidad de recogernos y pensar en Dios desde la trascendencia, lo que permitirá para unos recuperar y para otros afianzar una fe viva, con devoción sincera y el deseo de convertirnos al amor a Dios y a los hermanos. De los sacerdotes de la Iglesia Católica, años atrás, cada Miércoles de Ceniza, escuchábamos en el sermón estas palabras en latín: "Memento, homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris", "Recuerda, hombre, que polvo eres y al polvo volverás", en el sentido que el hombre no puede liberarse por sí solo de la oscuridad del pecado y la esclavitud del mal, solo a través de los Sacramentos de la Iglesia que presenta la obra salvífica de Cristo "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". ¡Dios no ha muerto! Paz y Bien.

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