En breves semanas las Hermandades de penitencia volverán a recuperar su impronta piadosa a pie de calle, convirtiéndoseles en el lenguaje "capillita" durante un día en Cofradías para llevar a puro y debido efecto las piadosas Estaciones de Penitencia a la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación, conforme a lo preceptuado en las Reglas o Estatutos aprobados por la autoridad eclesiástica diocesana competente, cuestión ésta de vital importancia legal, al otorgarles la plena capacidad jurídica y de obrar en el ámbito cívico-religioso.

Dos dramáticos años han transcurrido desde que aquel lejano y lluvioso Domingo de Resurrección, cuando el capataz del Paso de Nuestro Padre Jesús Resucitado diese el golpe con el llamador y pronunciase la última voz a sus costaleros, diciéndoles con la voz quebrada por el esfuerzo y la emoción "ahí queda" y comenzaron a rezar la oración universal de fraternidad cristiana, el Padrenuestro y el Ave María, culminándose con un abrazo personalísimo sacramental por haber compartido como hermanos costaleros y nazarenos, unas horas de catolicidad y recogimiento ante el gran Misterio Pascual de la Redención.

Este año, la Semana Santa almeriense recupera sus salidas procesionales penitenciales con la puesta en escena de un nuevo trayecto de Carrera Oficial, que fue autorizada en el mes de enero de 2020 por el actual Obispo emérito Monseñor González Montes, algo más largo en distancia, entre el centenario ficus con el palquillo de toma de horas y el final bifurcado en el casco histórico, lo que facilitará la llegada a la catedral del "Sol de Villalán" o "Portocarrero", que tras ser recibidas en comunión eclesial en nombre del Obispo diocesano Monseñor Gómez Cantero por miembros del Cabildo de Canónigos, regresarán a sus sedes canónicas.

Los itinerarios y horarios configurados por la Agrupación de HH y CC en su 75 aniversario fundacional en concordancia con las mismas, han sufrido en algunas de las 22 Cofradías pasionales asociadas algunas variaciones de interés, que a buen seguro reportarán y facilitarán al conjunto de las corporaciones penitenciales, así como a los fieles y público que las presencien, unos sentires únicos propios de la religiosidad popular para sentirse atrapados con el corazón, el alma y la razón en la plenitud de la vida a través de la inmensidad espiritual de la Pasión, Muerte y Resurrección del Hijo de Dios, Jesús de Nazaret, y su dolorosa madre, María Santísima. Paz y Bien.