Pescado de acuicultura, ¿por qué no?

El aumento de la demanda de productos acuícolas debido al incremento de la población mundial y a sus beneficios sobre la salud ha determinado un importante incremento en el esfuerzo pesquero causando la dramática disminución de poblaciones de peces marinos. Ante las previsiones de un mayor aumento de la demanda en el futuro la solución se encuentra en la acuicultura que puede aportar la cantidad de pescado necesaria para satisfacer las necesidades reduciendo la presión pesquera y preservando la diversidad de las poblaciones de peces salvajes (biotecnología azul). Por lo tanto, la acuicultura se muestra como una solución sostenible a los problemas de la pesca siempre que se utilicen prácticas adecuadas. Sin embargo, la idea general entre los consumidores es que los peces cultivados son de peor calidad que los salvajes por estar producidos de forma intensiva, alimentados con productos dudosos, tratados con antibióticos y alterando la zona en la que se cultivan. Afirmaciones falsas, motivadas por la deficiente información que llega a los consumidores. En realidad, la composición nutricional, apariencia, color y sabor de los peces cultivados son cada vez más similares a los peces salvajes gracias a los avances en investigación científica realizados en los últimos 30 años, que han permitido ejercer un exhaustivo control sobre los procesos del cultivo.

Las estrictas normas exigidas por la legislación europea para la concesión de permisos, tanto para instalación como para mantenimiento de las explotaciones acuícolas mediante seguimientos periódicos del cumplimiento de las mismas, garantizan su sostenibilidad. Por otra parte, la trazabilidad de los productos acuícolas permite conocer con detalle todas las etapas del cultivo (calidad del agua, condiciones de cultivo, origen, tipo y cantidad de alimento ingerido, el tiempo y la dosis de medicamentos suministrados), mientras que del pescado salvaje se carece de toda esta información, y, aunque también hay una estricta regulación europea sobre la pesca, es imposible conocer parámetros que sí son controlados en la acuicultura. Por ejemplo, los estudios que comparan poblaciones de peces libres con los obtenidos en piscifactorías han mostrado menor contenido en metales pesados y total ausencia de anisakis en peces acuicultivados frente a los salvajes, lo que los hace mucho más seguros.