Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Lástima que la memoria colectiva sea tan corta. De aquí a junio, la gente habrá olvidado todo lo que ha ocurrido y está ocurriendo con los cribados de prevención del cáncer de mama. Hay ya 20000 afectadas. La mala gestión del gobierno de Moreno Bonilla ha deteriorado el funcionamiento de la Sanidad Pública y ha beneficiado a las compañías privadas. Sanidad privada que, al final, se sacude los casos crónicos, caros de tratar, enviándolos por omisión a los hospitales públicos. Ya se sabe que la sanidad, para esas compañías y sus accionistas, no es más que un negocio, y que un paciente crónico es ruinoso por lo prolongado y lo costoso de su tratamiento, mientras que, a la vez, un paciente curado es un cliente perdido. Así está el patio de la Sanidad en Andalucía, así lo han puesto de deshumanizado las políticas sanitarias del señor Bonilla, para quien los ciudadanos no son más que números, costes, gastos, sin ninguna empatía por los pacientes, como han demostrado tanto él como la consejera cesada con las sucesivas evasivas y justificaciones que han ido dando conforme aumentaban los datos sobre las afectadas por los errores en los cribados para prevenir el cáncer de mama.
Porque, además, la prevención en la Sanidad Pública andaluza es una quimera. A quién se le ocurre pensar que se va a gastar dinero en prevención cuando se han hecho recortes en los tratamientos y en los medios de diagnóstico. Ellos mismos lo han reconocido cuando han anunciado la incorporación de 119 oncólogos para revisar los resultados de los cribados y volver a llamar a las pacientes afectadas. Los podrían haber incorporado antes para evitar llegar a lo que se ha vivido. Así que hacen bien las asociaciones en llevar el asunto a la fiscalía para que se depuren todas las responsabilidades, caiga quien caiga. La reconstrucción de la Sanidad Pública es urgente. Su funcionamiento, recuperado cuando menos a términos de prepandemia, junto con la eficacia y agilidad de la Atención a la Dependencia, son los dos caballos de batalla en los que Moreno Bonilla se va a jugar el puesto en las próximas elecciones autonómicas.
El sistema liberal impuesto a la Sanidad andaluza no ha funcionado. El nicho de negocio abierto jugando con la salud de las mujeres andaluzas y derivando dinero público a las compañías privadas ha dado lugar a la mayor crisis sanitaria de la Historia de Andalucía. Bonilla debe dimitir.
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