Buscando votos entre las cenizas

Qué pena que haya tenido que salir de su palacete en Lanzarote. Les hablo, como imaginan, del presidente del Gobierno. Ha tenido que aparecer por la gran desgracia de los incendios. Ha tenido que salir para aprovechar bien esta guerra política entre partidos y sumarse a la causa. Una vergüenza para buscar votos de la nada mientras se queman nuestros montes y pueblos.

Todo lo empezó el señor, y nunca mejor dicho, e incendiario Óscar Puente y sus tuits. El ministro de Transportes no falla, aunque los trenes lleguen tarde, pero él ya tiene que empezar a poner leña contra Mañueco para su futuro. Luego vino Ayuso para hacerse notar y así, sucesivamente. La historia que se repite. Lo gracioso, y una vez más, es que el señor Sánchez se tiró el pisto anunciando un pacto de Estado. Todo eso queda muy bien decirlo en público, pero para hacerlo, imagino que sabrá que necesita a partidos como el PP. Tendrá que hacerse la foto, etc. En esto de las desgracias siempre están los que se ponen las medallas.

Lo que está claro es que vivimos en un país descontrolado y sin sentido. Se lleva diciendo, y más los que trabajan en el campo, que nuestras tierras están completamente abandonadas y nadie limpia nada. Unos lo achacan al cambio climático, sí, y no les niego que no, pero la principal razón es el estado de nuestros montes. Y luego está el problema burocrático. Al Gobierno le encanta decir: “Que pidan ayuda”.

La realidad es que entre que se pide y llega, pueden pasar varios días. Ahora todos se harán la foto para empezar el curso político y se olvidará como si nada. También escucharemos los millones de ayudas que tendrán los afectados y todas esas promesas para conseguir votos. Miren todavía cómo están muchos ciudadanos del volcán de La Palma, viviendo en barracones y sin ninguna ayuda. Al menos tenemos una cosa buena: que cuando ocurren estas desgracias, quien está a cargo de solucionarlas pone todo de sí, me refiero a la UME y los demás. En eso no nos gana nadie: el vecino de al lado ayudando al otro a salvar sus animales. Aquí el problema es la gestión nefasta y no verle las orejas al lobo y no hacer caso a los que saben de esto.

Dicen que lo que está pasando este verano es lo peor de la historia.