Chacolín y gorgorito

01 de julio 2025 - 03:08

Chacolín ven y ayuda a arreglar esto! En los guiñoles los personajes buenos son buenos y los malos, malos malísimos. No hay término medio. Y además siempre ganan los buenos. En la vida ordinaria ya las cosas son distintas. Las trifulcas son permanentes. Habrá que gritar, como la chiquillería para que Chacolín o Gorgorito, vengan y pongan a cada uno en su sitio. Porque en las marionetas los personajes malos son muy malos, regañan, discuten, e intentan atraer a los niños y niñas a sus pensamientos. Y los buenos tienen un gran corazón y se hacen rápidamente amigos de los niños y niñas, que tienen grandes corazones. Querer generar impactos inmediatos en la opinión pública está haciendo mucho daño a la ciudadanía que ha puesto su confianza en los gestores públicos. También es conveniente reírse de vez en cuando de los problemas y priorizar el sentido del humor. Se sabe que la persona que ríe activa hasta cuatrocientos músculos faciales que generan, a su vez, sustancias positivas para el organismo. Está comprobado que cuando uno ríe a carcajadas se produce una explosión luminosa en el cerebro. El sentido del humor es una vitamina para el cerebro. Así que sería bueno que sus señorías, vieran, el menos una vez a la semana, una buena sesión de marionetas, de guiñoles o de chacolines, y que gritaran para avisar que aparecen los malos por un lado del escenario, para que por el otro lado de las cortinas aparecieran los buenos y así ganaran. Aunque la narración anterior no es llevadera a ninguno de los órdenes de la vida cotidiana, ni aquí ni allá, ni acullá, tenemos ejemplos que se aproximan, pero nunca con el humor y la inocencia de las marionetas. Por alguna razón extraña, el poder corrompe. Estar en política o ser político, sus tentáculos llegan lejos. Crean normas, anulan otras anteriores, establecen excepciones, pero se reservan el privilegio de interpretarlas. Es la voracidad azuzada por la erótica del poder, de ahí que se aferren a él a costa de la democracia, incluso vulnerando reglas morales. Entre las tretas de unos y la corrupción de todos, debilitan la democracia, o si no nos atenemos a los acontecimientos diarios. La nausea aparece solo viendo un telediario.

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