Costumbres hortelanas

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05 de julio 2025 - 17:43

Ciertamente, las primeras formas de la horticultura tenían que ver con la subsistencia de quienes cuidaban del huerto, no muy lejano de donde cobijaban sus días de la intemperie. Las verduras, legumbres y vegetales, en el comestible elenco de las hortalizas, satisfacían o distraían el hambre, así, en un consumo de proximidad para nada afectado por las mediaciones de la cadena alimenticia. Tan minúsculas extensiones hortelanas solo daban, si acaso, para el intercambio entre vecinos y la producción era fácil de administrar en las despensas o resguardos a propósito. Casi desaparecidas ya esas huertas domésticas, el cultivo de las hortalizas está a medio camino entre la agricultura intensiva y la extensiva, con grandes producciones que se distribuyen en los mercados internacionales y son demandadas por su calidad de origen. Si bien cuidar una pequeña huerta, aunque sean los escasos metros cuadrados de una decena de tomateras, puede dar para una distracción animada por el vivo crecimiento de las matas. Acaso, además, remedie la añoranza rural en las faenas de la urbanización de los terrenos. O quizás tan solo se trate, pero no es poco, de hacer presente la antigua cotidianidad del huerto, cerca del ajetreo de los días. Cabrá celebrarlo, en fin, con un buen plato de tomates, como homenaje a la memoria de antiguas, y provisoras, costumbres hortelanas.

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