Declaraciones contradictorias

Todo empezó con los negocios de las mascarillas del Ciudadano Particular durante la pandemia, que le produjeron unas ganancias por las que correspondía pagar a la Hacienda pública 350.000 euros. Para aminorar dicha cantidad, adjuntó a la declaración facturas falsificadas que fueron descubiertas por la inspección. A partir del presunto fraude, se produjeron intervenciones relacionadas con los hechos por parte del propio sujeto y de sus defensores. Díaz Ayuso, con la que mantiene una estrecha relación, manifestó ante las cámaras que era la Hacienda Pública la que debía al Ciudadano Particular 600.000 euros.

Miguel Ángel Rodríguez que siendo jefe de Gabinete de la señora Ayuso, ejerce de defensor del Ciudadano Particular sin que ello sea motivo de presunta malversación, dijo que fue la fiscalía la que ofreció un pacto de conformidad a González Amador. Y el propio González Amador, confiesa que fue su abogado quien ofreció el pacto de conformidad a la fiscalía. Tales revelaciones son hechos fehacientes que todos hemos percibido. Con estos antecedentes es el Fiscal General del Estado, García Ortiz, quien carga con el mochuelo, siendo acusado de un delito de revelación de secretos sin que, hasta la fecha, se haya podido demostrar con pruebas acreditativas que filtrase a la prensa el correo electrónico del Ciudadano Particular.

Ahora hemos conocido los videos de las declaraciones de los principales involucrados en el proceso contra García Ortiz, y no aparece ninguna revelación que demuestre su implicación en los hechos de los que se le acusa. García Ortiz, sin necesidad de dar mayores explicaciones, niega rotundamente, en su declaración como investigado, que infiltrase a la prensa o a miembros del Gobierno un correo electrónico. El Ciudadano Particular acusa al Fiscal General del Estado, sin aportar ninguna prueba que lo demuestre, de haber revelado información a los medios del caso en el que se ve involucrado por fraude a la Hacienda Pública.

Y Miguel Ángel Rodríguez se declara hechicero por tener el pelo blanco y manifiesta que puede adivinar lo que está pasando en el mundo político, sin necesidad de tener una información concreta. Con estas contradictorias declaraciones el Fiscal General se sentará en el banquillo.