La ciudad y los días
Carlos Colón
Vuelve la nunca ausente
Una vez más saben aprovechar la jugada de la locura política internacional y nacional que vivimos. Me refiero a dos tipos que se parecen mucho en sí Sánchez y Trump. Esa disputa del gasto militar a ambos les interesa. Al presidente norteamericano le viene bien tener un rival de izquierdas en Europa y encima, que tenga unas polémicas parecidas como si fuese otro Maduro de turno. Por Trump bien, pero es que a Sánchez le viene al pelo con todo el ruido que tiene en Ferraz por el caso Koldo, Ábalos y Cerdán. Esa retroalimentación incluso parece simulada a posta. Fíjense que el presidente de los Estados Unidos no sabía ni quiénes éramos cuando llegó por segunda vez a la presidencia y nos confundió con uno de los BRICS. Por eso este rifirrafe a veces me hace pensar que es una estrategia dirigida desde Moncloa. Les digo esto porque el fin de semana pasado y el arranque de la semana ha sido el titular principal y ha marcado la agenda política. Una vez más, el relato lo gana y el suflé de la presunta corrupción en Ferraz sigue bajando hasta que llegue el esperado nuevo informe de la UCO. Mientras tanto, el padrino de Sánchez, el señor Zapatero, ha llegado ya de China para sacarle la cara y reubicar el debate político para que llegue tarde y mal Feijóo a recogerlo. Los socialistas han sabido hacer y salir de las crisis de una manera cíclica que se puede resumir así: primero, estrategia de pena y arrepentimiento (lo vimos con los migrantes de Melilla, pandemia o dimisión de Santos Cerdán); segundo, medidas para medio tapar el problema, es decir, vendernos la moto; y tercero, ataque y revancha al contrario. Siempre funciona así y va saliendo del paso. Sí que es verdad que la diferencia de hace un año a aquí es que queda mucha carne por poner en el asador y Moncloa y Ferraz están muy nerviosos. Fíjense que muchos compañeros periodistas afirman que podría haber adelanto electoral y anunciarlo antes de agosto, pero conociendo al capitán, como él se llama, no lo creo. Quedan días de distracción y toda la culpa de aquí a la semana que viene será de Trump y de la ultraderecha. Tampoco les descubro nada nuevo.
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