El genocidio de Israel

No es la primera vez que he intentado dedicar esta columna al genocidio de Israel masacrando al pueblo palestino. Pero no me ha sido fácil continuar por la sencilla razón de que no encontraba palabras que pudiesen añadir algo a las imágenes que estamos viendo cada día en la pantalla del televisor. Tengo la completa seguridad de que, en el mundo civilizado, somos una mayoría aplastante quienes estamos viendo con horror los bombardeos que se producen en Gaza destruyendo edificios, colegios, hospitales y todo un pueblo donde mueren personas inocentes, al alcance de unas fuerzas criminales, que no tienen escrúpulos en exterminar a una población indefensa. Para quienes consiguen escapar de los bombardeos la falta de alimentos es una amenaza de la que no se libran fácilmente, y vemos cada día a personas esqueléticas, niños sobre todo, que acaban muriendo de hambre. Un panorama difícil de digerir en pleno siglo XXI. Incluso en Israel hay voces que consideran la masacre sobre Gaza como un auténtico genocidio y a Benjamín Netanyahu como un auténtico criminal. Quiero pensar, que si en Europa se formulase un referéndum, una inmensa mayoría de ciudadanos votarían a favor de la creación de un Estado palestino en la próxima reunión que se celebre en la ONU y una condena unánime al gobierno de Netanyahu. Si así fuera, está claro que nuestros gobernantes europeos no nos representan. Bruselas no se estremece ante la brutal ofensiva que se está produciendo en Gaza, la UE mantiene sus relaciones comerciales y no escatima a la hora de seguir vendiendo armas a Israel. Una vergüenza imperdonable. Ante semejante panorama, sirva de consuelo, la iniciativa de España presentando una propuesta en la UE, para limitar Relaciones políticas y suspender relaciones comerciales con Israel. Desde un principio, Pedro Sánchez fue una de las pocas voces que se pronunciaron en contra de la política belicista de Netanyahu, marcando distancias con la posición de Donald Trump y de líderes europeos impasibles ante la matanza en tierras palestinas. Una postura que a muchos españoles nos dignifica. Quiero terminar esta columna mostrando mi satisfacción por la manifestación de muchos almerienses, llenando el Paseo Marítimo, condenando el genocidio israelita.