Historia general de Cerdán

19 de diciembre 2025 - 03:07

Cerdán tendrá que responder ante dos tribunales. El primero y más urgente es el de la administración de justicia española, que juzgará sus presuntas corruptelas durante su época de hombre fuerte del sanchismo. El segundo, más a largo plazo, será el de la Historia (así, con su mayúscula solemne y hegeliana).

No sabemos qué veredictos emitirán ambas audiencias. Por los contundentes informes de la UCO y por la rapidez con que le han abandonado sus antiguos compañero del PSOE, todo indica que el veredicto del primer tribunal establecerá la culpabilidad de Cerdán. Pero, eso está por ver y, como diría el castizo, hasta el rabo todo es toro. El sentido de la segunda sentencia, la de la Historia, dependerá del devenir de España en la próxima década. Si vencen las tesis plurinacionales y republicanas que cada vez presionan más el cerebelo del Partido Socialista (o la triste caricatura que queda de él), probablemente el señor Cerdán pasará a los manuales escolares como uno de los visionarios que advirtió antes que nadie la necesidad de pactar con el independentismo catalán un “gobierno de progreso” que facilitase la llegada de la nueva Unión (es un decir) de Repúblicas Ibéricas (ya veremos si socialistas). Pero si, por el contrario, la España constitucional de izquierdas y derechas consigue reconstituirse con un nuevo proyecto que salve el viejo sueño de la unidad entre los territorios hispanos, del derecho a la ciudadanía desde Bilbao hasta Santa Cruz de Tenerife, Cerdán quedará en lo que es, según nuestro modesto entender: el político cínico y maniobrero que arrastró la dignidad de la democracia española ante un golpista y unos ex terroristas para su medro personal y el de su “puto amo.” Y ya veremos si, además, robó.

Por lo pronto, el otro día, Cerdán empezó a esbozar en el Senado las primeras páginas de la que puede ser su futura historia de triunfar la tesis plurinacional: él es un mártir del “Estado profundo” por su diálogo con la diversidad pueblos ibéricos. Cuando Cerdán habla de “Estado profundo” se refiere a los policías, guardia civiles, jueces, periodistas e, incluso, monarcas que trabajan para impedir que España se convierta en su tarta de cumpleaños. Un posible futuro historiográfico es ese: Cerdán, mártir, y Suárez, un violador.

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