Imaginación sevillana en los tatuajes

Nunca se me ha ocurrido hacerme un tatuaje, pero los observo y, a veces, hasta me maravillo de la fuerza de voluntad que hay que tener para soportar que estén ahí, horas y horas, inyectándote tinta bajo la piel. De mi infancia recuerdo los tatuajes del antebrazo con los corazones, los escudos de la Legión, las anclas y expresiones castizas como “amor de madre”. Nunca se me ha ocurrido hacerme uno y quizás por eso “me he quedao pasmao” cuando acabo de ver en internet el que se ha puesto de moda en Sevilla, que es ni más ni menos que el despiece de un montadito. Debe ser grande porque muestra debidamente separados para poder apreciarlos bien: 1- la parte inferior del bollo con el filete de lomo encima; 2- el pimiento; 3- el jamón serrano; 4- el tomate; 5- alioli y 6- pare superior del bollo. La duda que me asalta es que si debido al realismo que se observa en el tatuaje, el alioli desprende olor a ajo. ¡Eso si que sería hiperrealismo!