La tapia con sifón
Antonio Zapata
Pudieron ser estrellas, 3: El Rincón de Juan Pedro
El pasado miércoles, día 29 de octubre, se cumplió el primer aniversario de la Dana en la que murieron 237 personas. Con tal motivo se celebró en el Museo de las Ciencias de Valencia un funeral de Estado en homenaje a las víctimas al que asistieron los Reyes, el presidente del Gobierno y el presidente de la Comunidad Valenciana Carlos Mazón. En la celebración del acto, que fue presidido por Felipe VI, pudimos ver luces y sombras. Contó con la presencia de 178 autoridades, entre la cuales se encontraban el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del PP Alberto Núñez Feijoo y varios presidentes autonómicos. La periodista Lara Siscar, encargada de dirigir la ceremonia, citó los nombres de los 137 fallecidos y se cerró el acto con un gran aplauso. A continuación, rompiendo el protocolo, se produjo un emotivo acercamiento de los Reyes y del presidente del Gobierno con palabras de consuelo a los familiares de las víctimas. Todo lo cual, en cuanto a las luces se refiere. Con respecto a las sombras, la presencia de Carlos Mazón, provocó, como era de esperar, la indignación de muchos familiares de las víctimas que, mostrando imágenes de sus familiares muertos, lanzaban gritos contra Mazón llamándole asesino y pidiendo su dimisión. En cualquiera de los casos lo que me parece importante es que se verificase un merecido funeral de Estado en memoria de las víctimas de la Dana y el mensaje del rey enviando un “cariño, personal y de toda España” a los Familiares. Lo que no pude evitar, fue hacer comparaciones con un acto tan solemne en memoria de las víctimas de la Dana y el olvido de las víctimas que sufrieron total abandono en las residencias de ancianos de la comunidad de Madrid durante la pandemia del COVID-19, impulsado por una orden del gobierno presidido por Isabel Díaz Ayuso, disponiendo por escrito que los enfermos de coronavirus no fuesen trasladados a los centros sanitarios. Fueron 7.219 las personas fallecidas en condiciones inhumanas a las que se les había negado asistencia médica y pocas voces se han alzado para rendirles un homenaje y condenar el comportamiento de los responsables. “De todas maneras se iban a morir igual”, sentenció Isabel Díaz Ayuso, y no hay nada más que hablar.
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