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Año tras año, Juanma Moreno promete inversiones históricas y año tras año Almería recibe la misma histórica ración de propaganda y mentiras de siempre. Ese engaño, sostenido en el tiempo, convierte a los presupuestos para 2026 en algo más que una decepción. En realidad, son la confirmación de que las cuentas que acaba de aprobar el PP en solitario volverán a dejar a nuestra provincia ante otra histórica tomadura de pelo.
La sanidad pública sigue deteriorándose sin que estos presupuestos hagan nada por remediarlo, ya que vuelven a discriminar a nuestra provincia al no dotarla de los profesionales sanitarios que le corresponden por población. Por eso tenemos hospitales prácticamente desmantelados, otros funcionando al límite, listas de espera interminables, pruebas diagnósticas que se retrasan durante meses y centros de salud donde conseguir cita se ha convertido en una auténtica carrera de obstáculos.
Las cuentas para 2026 de Moreno Bonilla agravan aún más la situación de la dependencia, al disminuir el porcentaje para su financiación; destinan más dinero que nunca a la educación privada, siguen impulsando una Formación Profesional de pago cuya oferta triplica ya a la pública, y no transfieren los recursos económicos necesarios a nuestra universidad para garantizar su normal funcionamiento.
En los presupuestos del próximo año no hay ni un solo proyecto nuevo para nuestra provincia y los que se han ido anunciando en ejercicios anteriores y nunca se han ejecutado continúan en el limbo, como ocurre con el puerto seco de Níjar. El AVE llegará, pero pasará de largo por esta terminal logística que el Gobierno andaluz del Partido Popular solo se ha limitado a dibujar sobre un papel.
En una situación similar se encuentra el acceso norte a la ciudad de Almería, al que la Junta sigue dando patadas hacia adelante sin concretar el año de su ejecución, o el abastecimiento en alta al Valle del Almanzora, prometido hace más de cinco años y que tampoco aparece en los presupuestos de 2026.
Moreno Bonilla no solo ha gobernado de espaldas a Almería durante estos años, sino que la ha utilizado como un simple decorado, al más puro estilo del spaghetti western, donde las trampas, el engaño y la traición a nuestra tierra son el eje central sobre el que gira su guion político.
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