El paquete contundente

Ya lo avisó Bolaños: el paquete de medidas contra la corrupción que anunció Sánchez anteayer en el Congreso iba a ser muy potente y muy contundente. Tan potente y tan contundente que si lo hubieran presentado hace unos años, lo de las presuntas mordidas les habrían salido a Cerdán y compañía a devolver: en lugar de llevarse un porcentaje por obra adjudicada, tendrían que haber puesto dinero (presuntamente). Y las grabaciones del informe de la UCO habrían sido muy distintas: “¡Veinte mil euros le he tenido que dar a la empresa que va a construir el dichoso túnel!”. “Yo por eso no he querido saber nada de esa licitación. Estas medidas anticorrupción son tan potentes y tan contundentes que te dejan en la ruina”. “Pero la Carlota se sigue enrollando que te cagas”. ¡Cuánto tiempo hemos perdido, Pedro! Pero, oye, el paquete contundente lo has presentado ahora y más vale tarde que nunca. A ver si empiezan pronto las ‘antimordidas’, o mordidas negativas, y compensamos un poco el dinero público robado. Presuntamente, repito.

Ahora bien, mucha gente no se fiará un pelo: “¡Pero qué paquete ni paquete, hombre! Todas las medidas anticorrupción, del PSOE y del PP, y del PP y del PSOE, acaban siendo un ‘bla, bla, bla’ y no sirven para nada. ¿O es que alguna vez algún dirigente de estos dos partidos ha denunciado una presunta corrupción dentro de su formación antes de que el escándalo estallara”. Bueno, vale, pero a partir de ahora será distinto. El propio Sánchez ha dicho que entiende “que haya ciudadanos que tengan dudas sobre lo que yo sabía y lo que no, pero yo no las tengo”, y aspira a despejar la desconfianza de esos malpensados. Y lo logrará porque este paquete contundente va a ser la hostia. Dijo Pedro que las medidas han sido diseñadas conjuntamente con la OCDE y van a “poner a España a la vanguardia de la lucha contra la corrupción en el continente europeo”, ahí es nada. ¡Temblad, presuntos! Aunque para un paquete aún más contundente yo habría diseñado con GAES, por ejemplo, alguna medida que igual falta. Si se hubieran realizado pruebas auditivas a algunos ministros y altos cargos que en todo este tiempo no han oído nada de sospechosas adjudicaciones ni de acosos sexuales, cuando por lo visto tanta gente lo sabía, con unos buenos audífonos hubieran podido escuchar el vuelo de un presunto moscardón baboso a veinte metros a la redonda, por lo menos.