La paz tiene voz de mujer

02 de junio 2025 - 03:07

Cada 29 de mayo, el mundo se detiene un instante para honrar a quienes, bajo la bandera de las Naciones Unidas, dedican su vida a la paz. Este 2025, además, celebramos el 70 aniversario del Día Internacional del Personal de Paz, en un año simbólico que la ONU ha proclamado como el Año Internacional de la Paz y la Confianza. No es casualidad. Vivimos tiempos convulsos, donde la guerra, el odio y la desigualdad parecen ocupar demasiado espacio. Por eso, hoy más que nunca, necesitamos hablar de paz. Pero también, necesitamos escuchar las voces que históricamente han sido silenciadas. Y entre ellas, la voz de las mujeres. Escribo este artículo como mujer, como ciudadana del mundo, como viuda, madre, hija y hermana, convencida de que la paz no es un estado pasivo, sino una construcción activa.

Y en esa construcción, las mujeres llevamos siglos participando, aunque no siempre se nos vea. Hemos estado en la base de la resiliencia, en el centro del cuidado, en la trinchera de lo cotidiano. Nos han llamado débiles, pero no hay nada más fuerte que una mujer decidida a proteger la vida. La ONU lo ha dicho con claridad: cuando las mujeres participan en los procesos de paz, los acuerdos son más inclusivos y duraderos. Este año, el lema de Naciones Unidas es claro: “Paz, dignidad e igualdad en un planeta sano”. No hay dignidad sin igualdad, ni igualdad posible sin la participación real de las mujeres. Y no habrá un planeta sano si seguimos ignorando el papel esencial que jugamos en la defensa del entorno, en la educación de futuras generaciones y en la reconstrucción del tejido social tras los conflictos. Las mujeres han sostenido comunidades en medio del conflicto, han educado desde la resiliencia, han curado heridas visibles e invisibles. Lo han hecho en silencio muchas veces, sin buscar reconocimiento, simplemente porque la vida se defiende desde el amor, desde el compromiso con el otro. Hoy, más que nunca, necesitamos una paz que no sea solo ausencia de guerra, sino presencia activa de justicia, de inclusión, de futuro. Escribo estas líneas con esperanza. Creo en la paz. Creo en el poder del encuentro, del cuidado, del respeto. Y creo, profundamente, que cuando más voces diversas participen en su construcción —voces serenas, firmes, humanas—, más cerca estaremos de lograrla.

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