OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
En la festividad de la Aparición de San Miguel Arcángel ha sido elegido el sacerdote agustino, Cardenal Roberto Francisco Prevost, como 267 sucesor de San Pedro, Sumo Pontífice y Vicario de Cristo en la tierra. Oremus por pontifice nostro Leonem XIV: “Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eiu”. Desde ese momento en la Plegaria eucarística de la Santa Misa su nombre es mencionado con el nombre de León, pero solamente con el nombre no con el numeral como signo de comunión eclesial con quien preside en la caridad a toda la Iglesia Universal. Monseñor Antonio Gómez Cantero, Obispo de la diócesis de Almería, ha concluido su alocución de salutación al Santo Padre: “…Quizá su lema episcopal, inspirado en la oración de Jesús “que todos sean uno”, sea también el corazón de la misión que asume en este tiempo como sucesor de Pedro. Bienvenido sea nuestro Papa León XIV. Y a quererle, a amarle y a obedecerle”. La llamada del Papa León XIV a honrar la paz que viene de Dios y a construir puentes de amor y de encuentro nos ha llegado al corazón. Su rezo del Ave María desde el balcón de la Plaza de San Pedro es un signo de su unidad con toda la humanidad y la creación. La elección de su nombre es significativa. León XIII fue un hombre que rompió moldes y centró la atención de la Iglesia en los problemas sociales de la época. Nos llamó la atención sobre la doctrina social católica mediante la publicación de la encíclica Rerum Novarum. Y antes de dar la Bendición Apostólica Urbi et Orbi se dirigió a todos los creyentes y no creyentes con las palabras: «La Paz esté con todos vosotros. Quisiera que este saludo de paz llegara a todos vosotros, a todas las personas, a toda la tierra». En este momento de renovación, cuando las antiguas tradiciones de nuestra Iglesia insuflan vida a una nueva generación, rezamos con agradecimiento para que el Papa León XIV responda a los signos de los tiempos con la claridad moral por la que es conocido. Espíritu Santo, una vez más Tú has hablado. A través de las voces de los seres humanos has elegido al Papa León XIV para guiarnos. Te pedimos que lo guíes. Ayúdalo en su servicio a Ti, a la Iglesia y al mundo. Ayúdalo a ofrecer un faro de amor a quienes buscan esperanza en medio del caos de nuestro planeta cambiante. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
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