Recordando el Microteatro que llegó hace ya diez años

Mis cosas

Siempre elogio a actores y actrices aficionados que después de sus trabajos dedican tiempo a hacer teatro

06 de julio 2025 - 07:03

Han pasado ya diez años de la llegada del Microteatro Almería a la ciudad. Este proyecto que revolucionó durante casi un año la actividad cultural de la ciudad fue un golpe de aire fresco en la capital. Se encontraba en el número 10 de la calle Conde Ofalia. La primera función, de pocos minutos de duración con la cercanía del público fue con los grandes actores Fernando Labordeta y Dita Ruiz. Desde ese momento, conocí a Dita, que es una de las mejores actrices que tiene esta tierra.

Era un nuevo concepto de teatro que llevaba tiempo funcionando en Madrid. Lo que acontecía en aquellas pequeñas salas contagiaba al público. Era teatro puro. La idea la trajo Gemma Giménez, directora artística de Microteatro que desde el primer momento mostró una gran ilusión. Ese hueco que estaba por llenar fue un revulsivo. En pocos meses pasaron almerienses que en muchos casos no se conocían aquí, como fue el caso de Marta Vazgo, María Pordoy e incluso Miguel Ángel Cañadas.

Hay que reconocer que la idea era buena, los montajes eran muy buenos y los actores fantásticos. Pero, había un problema difícil de solventar que era el lugar elegido para hacer este Microteatro. El proyecto no llegó al año ya que muchas trabas burocráticas acabaron con aquel sueño.

Estos días me encontré con unas postales pequeñas que se hacían para dar a conocer la programación de Microteatro. Y me dio una cierta nostalgia porque el proyecto era excepcional y sigue siendo excepcional, aunque ahora estamos en otra fase. El teatro es algo fundamental en la vida cultural de la ciudad.

Yo siempre tengo palabras de elogio para tantos actores y actrices aficionados que después de sus trabajos dedican mucho tiempo a ensayar una obra de teatro. Eso tiene mérito, no viven de eso, no comen de eso, pero ese gusanillo del teatro, el escenario, los nervios y sobre todo el compañerismo, puede con todo.

Hablando de teatro no podía olvidar a mi amigo Eduardo Fajardo que ya hace seis años que nos dejó pero que tanto hizo en su vida por el teatro. Hay personas que nos dejan siempre un recuerdo imborrable. Ese es el caso de Fajardo que amaba su profesión de actor, pero si bueno era en el cine, en el teatro con su voz única, era mejor.

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