Cambio de sentido
Carmen Camacho
Plácido
Cada vez es mayor el número de personas que se han visto obligadas a dejar el consumo de carnes de vaca, cerdo, cordero, especies cinegéticas como jabalí y ciervo. Una urticaria sin explicación causal, un dolor abdominal, náuseas, diarrea o hinchazón bucal, y en el caso más extremo una anafilaxia (reacción muy grave y potencialmente mortal). El síndrome alfa-Gal es poco conocido y es transmitido por la picadura de una garrapata, que inocula con su saliva un oligosacárido no asimilable, desencadenado una respuesta inmunitaria generalizada. No todas las especies de garrapatas son transmisoras. Y no todas las personas reaccionan por igual, tal como sucede con el anisakis y el pescado.
Aunque algunas personas no manifiestan síntomas, en otras se descubre que detrás de esa urticaria o malestar gástrico puede estar una garrapata y un chuletón de vaca. ¿Quién va a pensar que una reacción alérgica que aparece al anochecer es debida al consumo de un chuletón a las dos de la tarde?
La dificultad del diagnóstico, explica el Dr. Luis Fernández, alergólogo del hospital Marqués de Valdecilla (Santander), no es culpa de los pacientes ni de que al médico se le pase por alto. Han desarrollado trabajos sobre la enfermedad que muestran que es más frecuente en hombres y en el medio rural, por lo que se contaminan más fácilmente cuando trabajan en contacto con los animales. El Dr. Fernández recomienda no provocar alarma, pues hasta el presente se ha diagnosticado en un número pequeño de casos.
El síndrome se ha diagnosticado en Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia y España. En EE.UU se ha detectado en medio millón de personas, y se piensa que esa cifra sea solo la punta del iceberg. No hay, a día de hoy, tratamiento que controle la enfermedad. La única y mejor recomendación es eliminar las carnes rojas de la dieta diaria. En EE.UU se estudian posibles formas de control y se ha autorizado la comercialización de carne de cerdos transgénicos libres de alfa-Gal para consumo de los alérgicos a las carnes rojas. Desde el centro de rickettiosis, el Dr. Antonio Ote cree que las garrapatas se están extendiendo en pueblos y ciudades, favorecidas por el aumento de animales silvestres (conejos, ciervos, jabalíes) en el medio urbano. Sigue sorprendiendo la aparición de nuevas enfermedades, que tienen una secuencia continuada. El mismo comportamiento he comprobado con las enfermedades de las plantas, cuyos agentes causales no desaparecen cuando han llegado y se instalan en los cultivos.
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