
Antonio Lao
Almería: las obras y el caos de tráfico que no fue tal
Recuerdo como fue la pandemia y se me hace un nudo en el estómago. Estar encerrado en casa, sin poder salir ni siquiera a dar un paseo, mientras los más pequeños se desesperaban. Recuerdo aquel infierno. Y también recuerdo que lo que hizo el Gobierno fue ilegal porque el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional el Estado de Alarma y el confinamiento impuesto por el Gobierno de Sánchez. Es decir: vulneraron nuestros derechos fundamentales.
Y ahora, quieren hacerlo legal. España, junto al resto de países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está a punto de ratificar un nuevo Tratado de Pandemias. Este tratado daría a la OMS el poder de ordenar confinamientos y restricciones de derechos con solo una “recomendación”. Y esta vez, sería completamente legal. Podrán confinarnos si consideran, según sus propios criterios, que existe un peligro externo. ¡No quiero ni imaginármelo!
El Tratado de Pandemias es un acuerdo internacional muy peligroso que surgió después de la crisis del covid-19 con el que quieren tener el poder para imponer un sistema global de censura y control que recortaría nuestras libertades y nos dejaría a los pies de los caballos de la OMS y las decisiones que quisieran tomar en la próxima pandemia. Y, lo peor de todo, es que sería algo definitivo. Estaríamos obligados a cumplirlo si se aprueba tal y como está redactado.
El tratado debe ser ratificado por todos los ministros de Sanidad de la Unión Europea, esperando y deseando que algunos ministros de países de la UE valoren el sentir de una gran parte de la población que no deseamos que lo firmen, porque eso sería hipotecar los derechos constitucionales que tienen una alta protección y amparo, para que por razones ideológicas involucionistas de los políticos de turno nos priven de la libertad bajo la excusa de una nueva crisis sanitaria y nos encierren en casa cercenando nuestros derechos como ciudadanos.
Cómo se apruebe, volveremos a los confinamientos y las restricciones. Esta vez con carácter legal y sin posibilidad de retroceso, declarando emergencias sanitarias globales sin el consentimiento de las Cortes Generales, la imposición de directrices obligatorias por encima del actual desGobierno de la Nación, la reinstauración de confinamientos, censura y vigilancia masiva; el silenciar a médicos, enfermeros, medios de comunicación social y ciudadanos bajo la excusa de la “desinformación” y el uso de los recursos de nuestra Patria sin control democrático.
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