Vuelta a la tortilla

23 de julio 2025 - 03:10

Generalmente, la canción del verano dura y se escucha bastante, y uno acaba harto al inicio del curso escolar. Ese soniquete continuo nos puede recordar al mismo discurso que utilizan hoy nuestros políticos para justificar, defenderse o atacar en los presuntos casos de corrupción. Lo pueden ver ustedes mismos con el presunto caso de un gran conocido para muchos, el señor Montoro. Obviamente, Sánchez ha aprovechado esto como la pólvora y, por muchos periodistas y tertulias que digan que no tiene nada que ver una cosa con la otra, le está saliendo perfecta la estrategia. Una vez más, el presidente está en racha después de la mala; primero fue con Torre Pacheco y ahora, con el caso del exministro de Hacienda. Como les decía, el soniquete es el mismo, pero la izquierda hace que el ataque sea más directo y suene más. Finalmente, y aunque muchos no lo creían, el discurso del jefe de los socialistas ha calado. Sobre todo el de lástima y el dolor por lo que han hecho Cerdán y Ábalos. Es decir, se llegó a pensar en ese famoso Comité Federal de hace unas semanas que alguien quitaría la careta a todo el lobby sanchista, pero no ha podido ser. Han sabido calmar las aguas y lo que más le preocupaba, tener un verano tranquilo con los socios. En 15 días se ha tranquilizado y todos a tomar el sol como si nada. Para más inri, y para que el mensaje cale más, los palmeros han hecho un comunicado defendiendo la dignidad de esta legislatura y lo injusto que está siendo todo. Un documento firmado por gente de la cultura y exministros socialistas. La verdad que es de analizar, políticamente hablando, todas las triquiñuelas desde Moncloa porque el resultado funciona. En resumidas cuentas, unos se creen a uno y los otros, al otro. Lo triste, y por más que intento analizar, es que la ideología de la gente ha evolucionado para ponerse en posiciones extremas. No hay un sentido común por el bien de todos y criticar y aplaudir lo que está bien o mal. O bien eres de izquierdas o bien eres de derechas y esto genera un vacío en un país porque no hay una concordia en trabajar todos juntos. Pero como les decía, la misma cantinela de siempre, ahora toca en Génova 13; la semana que viene, veremos a quién se le cuajará la tortilla.

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