Israel lleva en guerra desde su declaración de independencia en 1948 con distintos enemigos, ya sean estados confesionales musulmanes y/u organizaciones terroristas islámicas.
La última de estas guerras está teniendo lugar en la franja de Gaza, que estamos presenciando en directo por los medios de comunicación controlados por uno de los bandos (Hamás), y que estalló el 7 de octubre de 2023 con el ataque sorpresa de una fuerza de milicianos de la organización terrorista Hamás en territorio israelí, con el asesinato y secuestro de civiles, incluyendo bebés. Precisamente este 7 de octubre se cumplirán los dos años del inicio de esta guerra, aunque realmente su origen está en la retirada israelí de la Franja de Gaza y posterior toma del poder por Hamás. En 2005, el primer ministro de Israel, Ariel Sharón, anunció su intención de retirar la totalidad de las fuerzas israelíes desplegadas y colonos residentes en ese territorio. Su plan de retirada unilateral, o plan de desconexión, se llevó a cabo durante la segunda quincena de agosto de 2005.
Esta retirada israelí fue utilizada por Hamás para atribuirse el mérito de su “expulsión” de Gaza, creando un relato sobre ello que le dio el triunfo en las elecciones celebradas en Palestina en 2006. Desde ese momento, Hamás rechazó los acuerdos alcanzados en 2002 por el llamado Cuarteto de Madrid (Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas), negándose al fin de la violencia como recurso de lucha y al reconocimiento del Estado de Israel.
La victoria de Hamás dio lugar al enfrentamiento de esta organización con su rival, el partido Fatah (más moderado), por el control de la Autoridad Nacional Palestina, negándose mutuamente la legitimidad, hasta que en junio de 2007 este enfrentamiento desembocó en una guerra civil con masacres por ambos bandos. Esta guerra civil terminaría con Hamás controlando la Franja de Gaza y Fatah Cisjordania. Palestina quedó dividida, y sigue dividida.
Para debilitar a Hamás, en 2008 Israel y Egipto decretaron un duro bloqueo sobre la Franja de Gaza, que junto con el recorte de apoyo económico internacional, desencadenó una grave crisis humanitaria, destacando en este bloqueo la participación activa en el mismo de Egipto, siendo un estado confesional musulmán y antiguo enemigo de Israel.
Ya desde el inicio del bloqueo de Israel y Egipto a la Franja de Gaza se formó la llamada Coalición de la Flotilla de la Libertad, cuyo principal objetivo era romper este bloqueo por mar. Los fundadores de dicha coalición fueron la Coalición Europea Contra el Bloqueo a Gaza, Ship to Gaza Greece, Ship to Gaza Sweden, IHH (Insani Yardim Vakfi), Palestinian Solidarity Campaign y Free Gaza Movement, que empezaron a trabajar para poder enviar a Gaza una flota de barcos la primavera del año 2010, la llamada Flotilla de la Libertad. Esta flotilla fue asaltada por comandos israelíes. Después vendría la II Flotilla de la Libertad (junio de 2011). En esta ocasión, la flotilla fue detenida por las autoridades griegas. Tras esta segunda flotilla, se pusieron en marcha iniciativas como la del velero Estelle (julio a octubre de 2012), la del Arca de Gaza (hasta julio de 2014), Gaza Puerto Abierto (2015), Mujeres Rumbo a Gaza (2016), Solidaridad con la Flota Pesquera de Gaza (2017), Un futuro digno para Palestina (2018), Por la infancia y juventud de Palestina (2020). que sería aplazada por la pandemia, Handala: Por la infancia de Gaza (2023-2024), Romper el asedio-Break the Siege (2024), hasta esta última flotilla (La Global Sumud Flotilla - GSF), que partió de Barcelona el 31 de agosto y que ha sido interceptada por Israel este 1 de octubre a menos de 80 millas náuticas de Gaza.
Todas estas iniciativas parten de organizaciones no gubernamentales de ideología muy definida, con dos criterios muy claros: el rechazo al control de Israel sobre la ayuda humanitaria, puesto que “no se puede confiar en el ejército israelí, responsable del genocidio, de imponer este bloqueo y de crear esta hambruna calculada, para determinar quién o qué entra en Gaza”, y el silencio sobre Hamás, puesto que parten de la premisa de la culpabilidad de un bando: Israel. Iniciativas que no contribuyen en modo alguno a alcanzar un acuerdo de paz como el planteado por el demonizado Trump, elaborado en consultas con los estados confesionales musulmanes Qatar, Egipto, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, y que exige la liberación de los secuestrados, el desarme total de Hamás y su exclusión política.
