Casa-Museo La Canana, en Mojácar, toda una nvitación a viajar en el túnel del tiempo
Casa singular
Restaurada durante 18 meses tras 25 años abandonada, recrea la casa del siglo XIX, en el corazón del casco histórico
La visita a la casa museo “La Canana” es una de las propuestas que plantea la Concejalía de Turismo dentro de su programa de actividades para “vivir Mojácar” a los viajeros y turistas que se acercan hasta la localidad durante los fines de semana.
Esta concejalía ha realizado una donación de diferentes libros a esta casa-museo sobre la historia y leyendas de Mojácar, así como la Guía Oficial 2024 de Los Pueblos Más Bonitos de España, de la que Mojácar forma parte desde hace una década, que ha visto la luz recientemente.
La Casa Museo “La Canana” es una vivienda restaurada y recreada tal y como eran las casas de Mojácar a principios del siglo XX. Recibe el sobrenombre de su antigua propietaria, “La Canana”, quien vendía tabaco y ultramarinos, además de ser su residencia habitual. En los años 50, una maestra de la zona, al calor de la chimenea, Doña. Dolores, llego a impartir también clases a niñas en esta misma casa.
La restauración se realizó respetando al máximo los materiales y la estructura de la casa, y su resultado final es el que tenía a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, reflejo de los hogares de la zona de esa época. Yulia Damye y su marido compraron la casa en 2016. Entonces llevaba más de 25 años abandonada. Fue necesario un año y medio de riguroso trabajo hasta que pudieron abrir las puertas.
Los trabajos respetaron hasta el más mínimo detalle. Todos sus elementos son originales y los aparatos eléctricos funcionan todos a la perfección. Las radios, ventiladores e interruptores y los cables de la luz eléctrica son originales, así como muebles, menaje de cocina; cortinas; mantas; además de una amplia colección fotografías, cuadros y libros de la época. En el sótano, están las dependencias de los animales, con una cuadra y un burro. No son de verdad, pero su presencia da pie a que los niños puedan subirse y entretenerse durante la visita de su padres. También hay cabras y gallinas, y un pequeño patio para guardar las herramientas del campo.
La Casa Museo La Canana, así las cosas, es un viaje al pasado, que escapa de la sensación de un museo al uso y se asemeja más a una casa habitada donde, en cualquier momento, pueden aparecer sus moradores, por su recreación y ambientación. Los niños, según comenta Yulia, disfrutan mucho la visita. Se encuentran con objetos que no habían visto en su vida y no saben ni cómo se utilizan. Los viejos teléfonos con auricular y rueda para marcar los números, son un misterio, así como algunos utensilios de cocina o radios de lámparas.
Por su parte, la visita para las personas de más edad es evocadora, ya que les recuerda con nostalgia muchos objetos de su infancia, ya olvidados, y que estaban en sus casas o en la de sus abuelos.
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