Salvan a un pez luna de varar en la playa de Mojácar

Este martes 23 de junio un enorme pez llegó hasta la orilla de la playa de Las Ventanicas de Mojácar, soprendiendo a los bañistas y vigilantes. Creían que era un delfín, pero al llegar hasta el lugar los miembros de Equinac —entidad autorizada en Almería para el rescate, recuperación y reintroducción de cetáceos y tortugas marinas— se dieron cuenta de que se trataba de un pez luna de unos 50 kg de peso.

El pez luna (Mola mola)es el pez óseo más pesado del mundo y se desplaza de forma pasiva a merced de las corrientes. Probablemente por ello, las corrientes de levante hicieron que llegase hasta la orilla y corría el riesgo de quedar varado y morir.

"Pese a sus agónicos intentos de retomar su rumbo mar adentro con sus imponentes aletas dorsales y anales que agitaba como remos al viento, no tenía ninguna eficacia", explica David Mahiques, uno de los voluntarios que colaboró en la reintroducción del pez.

Ante el trágico destino que le esperaba si encallaba en la arena, los vigilantes de las playas, socorristas y voluntarios de Equinac, decidieron meterse en el agua para ayudar al pez a volver mar adentro. "Fue una maniobra que se me antojó eterna y agónica, debido a las olas que en varias ocasiones se tragaron al pez y a los rescatadores", cuenta el voluntario.

Tras un buen rato de lucha contra las olas, lograron que el pez luna se alejase de la orilla unos 250 metros y prosiguiera su viaje por las aguas del Mediterráneo. "En este caso al animal no le pasaba nada y, por tanto, lo mejor es adentrarlo y dejar que siga su viaje", explica Equinac.

Se come las medusas

El pez luna tiene el cuerpo aplastado lateralmente y cuando extiende sus aletas dorsales y ventrales, el pez es tan largo como alto. Se alimenta principalmente de varios tipos de zooplancton gelatinoso como las medusas, que consume grandes cantidades.

Desde Equinac, no obstante, han querido dejar claro que en el caso de los cetáceos y tortugas nunca se debe manipular al animal e intentar reintroducirlo. "Siempre lanzamos el mensaje de que, en el caso de tortugas marinas y cetáceos nunca reintroducir, ambas especies necesitan respirar aire atmosférico y, por tanto, meterlos en el agua de nuevo puede provocar su muerte por ahogamiento, maniobra que siempre debe decidir previo diagnóstico y realizar personal especializado. En el caso de los peces es al contrario, no pueden respirar fuera del agua, por lo que, la maniobra es a la inversa, deben meterse en el agua".