Trasladan los restos de Manuel Rubira Sola a los pies de su Virgen

El pueblo cumple la última voluntad de la figura que inculcó la devoción por su patrona, y que fue hostigado durante la Guerra Civil

Vecinos trasladan el cuerpo a la Iglesia. / Diario De Almería
María José Martínez

10 de junio 2017 - 02:33

Ayer, 9 de junio, a las 19:30 horas de la tarde, se realizó un sentido homenaje al párroco Manuel Rubira Sola. El pueblo lo recibió en el Monumento al Cantero donde le dedicaron unas palabras a una de las personas que más han marcado en la historia del pueblo, que fue además el que provocó la gran devoción que actualmente siente el municipio por su patrona, la Virgen del Rosario.

Tras el acto en el Monumento al Cantero, todas las personas asistentes a este emotivo acto acompañaron el cortejo hasta el templo parroquial donde se celebró una Santa Misa y se inhumaron sus restos mortales, cumpliendo de esta forma con la última voluntad. El actual párroco de Macael, Óscar Trujillo afirma que "fue un buen pastor y entregado a su pueblo, un trabajador incansable e instrumento de paz en los momentos más difíciles".

Manuel Rubira Sola estuvo dedicado cincuenta años al pueblo de Macael. Durante la Guerra Civil, se vio obligado a esconderse en el pueblo de Laroya y fue duramente hostigado, luchando además para ayudar a todos los vecinos de Macael ante las desdichas de este conflicto bélico.

Entre sus actos más destacados, además del gran cariño que manifestaba a su pueblo, fue la reconstrucción de la cúpula de la Iglesia de Laroya. También reconstruyó la Iglesia de Macael y su casa parroquial a base de trabajo voluntario y de los vecinos y feligreses.

Durante los años que estuvo en Macael vivió plenamente entregado a su pueblo. Abrió una academia en la Torre de la Iglesia para impartir clases a los niños, e inculcó la gran pasión por la Virgen del Rosario. La última voluntad de Manuel Rubira Sola fue ser inhumado a los pies de la Virgen del Rosario en la Parroquia de Macael. Más de treinta años después de su muerte, el pueblo de Macael cumplió ayer con su última voluntad, y descansará para siempre en su templo.

El pasado miércoles 7 de junio se inauguró en el Ayuntamiento de Macael una exposición fotográfica donde se puede conocer detalladamente su vida, y a la que han acudido ya numerosos vecinos para recordar a esta figura tan importante.

Manuel Rubira Sola nació el 9 de enero de 1.903 en el municipio almeriense de Velefique. Sus primeros estudios y preparación para ingresar en el Seminario los realizó junto con Don Ramón Gómez García, párroco de su tierra natal.

El 2 de octubre de 1.914 ingresó en el Seminario, un día después del fallecimiento de su padre, Pedro Rubira Fernández. Abandonó el Seminario para ayudar a su familia con su trabajo. Fue ordenado sacerdote por el Obispo de Almería Fray Bernardo Martínez Noval en la Catedral el 26 de mayo de 1.927, celebrando su primera misa en Blanes, Gerona.

El párroco de Macael falleció en la Cruz Roja de Almería el 7 de mayo de 1.989. Ahora, 28 años después, el pueblo de Macael ha cumplido uno de sus mayores deseos, como era descansar a los pies de la Virgen para siempre.

Una vida marcada por la gran pasión hacia sus vecinos

Manuel Rubira Sola llegó a Macael poco antes de que diese comienzo la Guerra Civil, cuando se vio obligado a exiliarse a Laroya, periodo en el que fue torturado. En su dilatada trayectoria en el pueblo, el párroco reconstruyó la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, e impartió clases a los niños del pueblo. La bondad y el amor son las dos palabras que más se repiten entre todas aquellas personas que tuvieron la oportunidad de conocerle.

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