San Bernardo, la Virgen de la Salud y los Moros y Cristianos. Ocaña y Las Tres Villas se identifican con estos tres símbolos populares que confieren arraigo a sus fiestas de verano, una oportunidad inigualable para compartir y convivir, tanto con los vecinos que están en el día a día como con visitantes y aquellos ‘hijos e hijas del pueblo’ que un día se fueron a otros territorios, pero que cada año regresan para vivir sus tradiciones cuando agosto ya apunta hacia septiembre.

Desde el jueves, y hasta hoy domingo, se están celebrando las fiestas de una de las tres partes de las que se compone el término municipal de Las Tres Villas, Ocaña. Unos festejos que fueron pregonados de forma oficial en la noche de ayer sábado por Sebastián Blánquez Hernández, un ocañero orgulloso de su pueblño y de sus vecinos, como dejó patente en sus paabras. En su discruso quiso resalta rel hecho de que en los últimos años se haya recuperado la tradición de los Moros y Cristianos, a través de una asociación a la que invitó a sumarse a todos aquellos vecinos que todavía no lo hayan hecho.

Precisamente los Moros y Cristianos fueron protagonistas ayer, ya que se escenificó el segundo de los episodios de la recreación histórica. Con posterioridad se celebró la solemne procesión con las imágenes de San Bernardo y la Virgen de la Salud, que recorrió las principales calles de la localidad.

El día, como todos los de las fiestas, amaneció con la diana interpretada por la Banda de Música de Abla, y que ayer concluyó haciendo bailar a los residentes de la Residencia de Mayores. La orquesta Embrujo puso el broche a una jornada que contó con mucha animación en la Feria del Mediodía y con el Pasacalles Años 90.