Pedro Acosta - gerente hospital poniente

“¿Rebrotes? Podríamos readaptar el hospital en 48 horas”

  • La experiencia acumulada durante la crisis permite a los gestores estar preparados ante posibles rebrotes de la pandemia que ha cambiado el funcionamiento de los centros hospitalarios almerienses

  • La nueva realidad de los hospitales almerienses

Pedro Acosta es el gerente del Hospital de Poniente

Pedro Acosta es el gerente del Hospital de Poniente / D. A.

–¿Cuál es la situación actual en el Poniente?

–Se tiende a la normalidad aunque las consultas siguen trabajando a un ritmo diferente, los quirófanos siguen con ciertas limitaciones, los planes de contingencia siguen estando vivos. Nosotros en 48 horas podríamos volver a poner el hospital como lo tuvimos a finales de marzo sin ningún problema. Está todo escrito y documentado y contamos con la experiencia. Lógicamente hay cosas que han salido peor, y que habría que mejorarlas, y las cosas que han salido bien repetirlas. Los pacientes nos han ayudado mucho y gracias a su generosidad y no bloquearnos algunas actividades hemos podido atender bien al resto de enfermos con patologías un poco más graves.

–¿Qué porcentaje de ‘normalidad’ han alcanzado ya?

–Las consultas están rondando ya el 60% de su actividad máxima; a nivel quirúrgico estamos ya en cifras que rondan el 75% y en Urgencias también se ha incrementado. Yo siempre digo que nos está siendo un poco más complicado volver a ‘abrir’ el hospital y ponerlo en su nivel de trabajo normal que cuando lo tuvimos que ‘cerrar’ entre comillas.

–¿Qué ha sido lo más complejo de la gestión de la crisis?

–La principal dificultad fue responder rápidamente, ninguno estábamos preparados para asumir lo que se nos venía encima. Casi que día a día íbamos tomando decisiones, veíamos que la pandemia se venía acercando y nunca parecía que iba a llegar a nuestra zona. De pronto apareció y la cosa empezó a complicarse; es cierto que con la colaboración de todos los profesionales fuimos preparando planes de contingencia con diferentes fases, en función del grado de afectación de cada una de esas unidades, del número de ingresos de posibles casos, en la UCI, en planta… y poco a poco ir activando en función de lo que iba pasando. Ha sido una gestión de día a día y casi de minuito a minuto. Hemos pasado días enteros sin salir del hospital intentando dar respuesta a algo que cada media hora cambiaba: cambiaban las pruebas diagnósticas, cambiaban los criterios de inclusión de pacientes sospechosos… Para un equipo de gestores sin duda ha supuesto un gran entrenamiento.

–¿Qué han aprendido?

–Lo más importante de todo esto es que al final el trabajo en equipo hace que esto funcione bien. Lo más importante que nos ha enseñado como grupo que nos dedicamos a atender problemas de salud de la gente es que cualquiera puede echar una mano en cualquier momento, sea de su ámbito de trabajo o no. Ver a especialistas de una especialidad trabajando con enfermos de otra porque hacía falta hacerlo así me ha parecido maravilloso, o ver a enfermería cambiando y doblando turnos porque la pandemia nos lo exigía. Grupos mixtos para atender a gente de UCI, anestesistas… Muchas de las cosas que se han hecho en el hospital han aportado su poquito, su granito de arena para que la afectación sea la menor posible.

–¿Y los usuarios?

–Hemos aprendido muchísimo, es de las cosas más espectaculares. El Hospital de Poniente es el que tiene más urgencias de toda Andalucía, rondando las 700 en épocas de alta frecuentación. La gente ha aprendido a que no era tan necesario venir al hospital. En urgencias bajamos a 100-120 personas. Nos permitió centrarnos mucho en la complejidad del enfermo positivo. Cuando hemos vuelto a abrir las puertas con todas las medidas de seguridad que podemos ofrecer para convertirlo en un lugar seguro la gente vuelve a venir con confianza.

–¿Se mantendrán algunos de los nuevos protocolos?

–Todo lo que son protocolos de salud pública, de medicina preventiva, de higiene personal, eso sí va a a quedar. En la población eso está quedando grabado. Me alegra ver que la gente no extraña que cuando viene al hospital le tomamos la temperatura en la puerta, o le pongamos una mascarilla. La gente lleva gel hidroalcohólico en su coche, en su bolsillo… eso nos va a quedar. .

–¿Y la telemedicina?

–Sobre todo en el caso de la dermatología en nuestro hospital era muy importante, con casi el 100 por 100 de enfermos vistos por teledermatología sin lista de espera. Conseguimos ampliar y hacer un ejercicio un poco original filtrando enfermos positivos de coronavirus en urgencias con un sistema también de teleasistencia, con un gran resultado. En todo este tiempo de cierre virtual del hospital se han hecho muchísimas asistencias sanitarias por telemedicina, estamos en fase de evaluar qué ha venido para quedarse y qué no. La impresión que tenemos es que son muchas las actividades que podemos hacer de forma telemática y evitar al paciente un viaje al hospital que puede ser innecesario. Optimizar de alguna forma los recursos del hospital, tanto de espacio como del propio personal.

–¿Cree que habrá rebrotes?

–Me gustaría no haber experimentado todo esto, que esto no hubiera pasado, pero sabemos que el virus está aquí, que se va a quedar con nosotros y no descartamos que pudiéramos tener algún otro rebrote. Toda la experiencia que hemos acumulado va a ser el motivo del éxito en el futuro si se producen rebrotes, aunque ojalá que no suceda.

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