El problema de los enganches ilegales a la red eléctrica suele tener daños colaterales con las instalaciones de aquellos vecinos que sí se encuentran dentro de la legalidad, y que con frecuencia sufren cortes sobrevenidos, que pueden durar horas e incluso días. No fue exactamente esto lo que pasó recientemente en un edificio de la, paradójicamente llamada, Avenida de la Luz, aunque sí se produjo un corte de suministro de por medio: operarios de Endesa acudieron para eliminar y clausurar un enganche ilegal a la red pública... y todas las viviendas se quedaron sin electricidad. El motivo: nadie en el edificio, según las fuentes consultadas por este diario, se encontraba en situación de legalidad.

Un grupo de estos vecinos que presuntamente están ocupando las viviendas del bloque afectado por el corte se presentó en el Ayuntamiento de El Ejido a la búsqueda de explicaciones y soluciones, según ha podido constatar este periódico, aunque desde los servicios municipales se asegura que poco se puede hacer en un caso que depende exclusivamente del suministrador del servicio, que no es otro que Endesa.

Para que quedara garantizada en todo momento su seguridad, los operarios de Endesa fueron escoltados por miembros de la Policía Local de El Ejido

Los vecinos que acudieron a protestar, muchos de ellos inmigrantes, alegan que ellos disponen de contador y que abonan sus facturas. Pero si el corte se hizo únicamente del enganche ilegal, según la habitual forma de proceder de Endesa en casos similares, y han sido todas las viviendas las que se han quedado sin suministro, la única explicación posible es que se trate de un edificio totalmente ‘okupado’, tal y como se sospecha desde la propia compañía.

Para que quedara garantizada en todo momento su seguridad, los operarios de Endesa fueron escoltados por miembros de la Policía Local de El Ejido para completar las tareas en este edificio de la Avenida de la Luz. Los trabajadores hubieron de cortar un grueso cable que presuntamente proporcionaba electricidad a las viviendas, y que se encontraba enganchado a la red pública. Con posterioridad, aplicaron una capa gruesa de hormigón para proteger la instalación de posibles nuevos intentos de engancharse de forma ilegal. Los ocupantes de las viviendas continúan, por el momento, en ellas. Ahora, sin luz.