Huércal de Almería
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La magia de Melchor, Gaspar y Baltasar llega a Huércal ahora también por videollamada

El rey mago Melchor habla con Aesú, Luna y Akela El rey mago Melchor habla con Aesú, Luna y Akela

El rey mago Melchor habla con Aesú, Luna y Akela

Doce y cuarenta del mediodía del domingo. En casa de Carmen y Aarón, en Huércal de Almería, Candela y María Jesús, de 3 y 1 año de edad, respectivamente, esperan nerviosas e impacientes a que llegue la una menos diez porque a esa hora, les han dicho sus padres, los Reyes Magos van a llamarlas para hablar con ellas. También su amiga Luna, otros 3 años, que llega un poco más tarde -su hora es a la una y veinte- y ha decidido que quiere hablar con Sus Majestades de Oriente en compañía de sus amigas.

La emoción de Akela y Aesú (así se ha bautizado la mayor, Candela, a sí misma y a su hermana pequeña María Jesús) se desborda cuando en la pantalla de la televisión aparece el rostro del rey mago Melchor. “¡Hola, Candela!”, le saluda, mientras Candela se queda boquiabierta y María Jesús no deja de dar saltos.

Melchor sabe que Akela se ha portado bien durante el último año, pero igualmente quiere saber de boca de la pequeña si ha ayudado en casa, si recoge los juguetes cuando termina de jugar y si quiere a su hermana pequeña. Como la respuesta es afirmativa a todo, Melchor le dice que, efectivamente, tiene delante suya la carta que ha escrito en la que pide como regalo de Reyes una bicicleta de ‘Frozen’. También una muñeca con cuna, un cochecito de capota, un perrito y una maleta roja con asiento.

Cuando llega el momento de la despedida -porque Melchor tiene mucho trabajo y tiene que llamar a más niños y niñas de Huércal de Almería-, le recuerda que la noche del 5 al 6 de enero tiene que irse pronto a la cama, pero que agradecería si le puede dejar agua para los camellos y algo de dulce para él. Candela asiente a todo. Aesú sigue saltando de la emoción.

La falta de cobertura de Gaspar en su trayecto a Huércal de Almería, o el tener la línea colapsada, retrasan la videollamada a la pequeña de las dos hermanas. Antes llega Luna, que sí recibe la suya. Es nuevamente Melchor. ‘¡Conozco esa casa!’, le espeta el rey mago, como también conoce que Luna quiere desenvolver en la mañana del día 6 un monopatín, un cochecito con capazo, un cepillo de dientes eléctrico y un bebé. Por supuesto, el rey mago se acuerda de cuando los mayores, que acompañan a las pequeñas frente a la pantalla, eran niños. Y como buen rey mago no se va sin antes transmitirles una serie de valores fundamentales como el amor o la amistad, pero también el de compartir.

Y ya por fin, con la línea despejada, aparece Gaspar, que le chismorrea a Aesú que Baltasar se ha parado a darle de beber al camello. En su caso lo hace a través de la pantalla de un teléfono móvil. La pequeña es ahora la protagonista principal, pero Akela y Luna no se separan de ella ni un momento. Gaspar también sabe lo que Aesú quiere para Reyes: una muñeca, un carrito de bebé y una bicicleta, pero eso sí, tiene que ir dejando ya el chupete. Y recuerda asimismo a los mayores, a los que, afirma, de pequeños llevó carbón. “Ese árbol igual se queda pequeño para los regalos”, avisa el rey mago de cabellera rubia, quien al contrario que Melchor prefiere que le dejen por la noche “algo salado”.

Acaba la llamada. Las niñas recordarán con ilusión y emoción el día en el que hablaron con los Reyes Magos. La misma ilusión y emoción dibujadas en los rostros de sus padres.

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