Playas Almería

Nacida del mar, Garrucha

  • El ‘templo’ de la famosísima gamba roja es un destino turístico familiar, agradable y seguro, volcado con el turismo y en el que se encuentra ambiente marinero y una gran gastronomía

Vista aérea de la playa de Garrucha

Vista aérea de la playa de Garrucha / Prácticos Garrucha

Nacida del mar… Garrucha. El municipio almeriense es famoso en medio mundo por su extraordinaria gamba roja y su marcado carácter marinero, atributos que se conjugan con otro esencial para configurarse como un municipio turístico de referencia: la hospitalidad de sus vecinos con los miles de visitantes que cada año la eligen como destino vacacional. Los garrucheros vuelven a abrir sus brazos este verano a una nueva temporada estival y lo hacen con plena seguridad tanto en su gran playa como en los numerosos locales de restauración y ocio que le dan vida año tras año en el centro mismo de la comarca del Levante Almeriense.

La franja litoral de Garrucha, localidad que se ubica entre los municipios igualmente turísticos de Mojácar y Vera, configura una única playa… pero qué playa. Conocida como Las Escobetas, es todo un ejemplo en cuanto a accesibilidad para personas con movilidad reducida y un reclamo turístico de primer orden por la cantidad de servicios que ofrece. Su carácter accesible es reconocido año tras año por la FAAM (Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad).

Playa de Garrucha. Playa de Garrucha.

Playa de Garrucha. / D. A.

Con algo más de un kilómetro de longitud, la playa es relativamente reciente, gracias a la construcción de dos espigones y la aportación de arena, pues décadas atrás el municipio apenas contaba con unos pocos metros de arena, y el resto del espacio litoral estaba ocupado por rocas. El arenal se extiende desde el inicio del Paseo Marítimo, conocido por todos como El Malecón, hasta el puerto deportivo del municipio, y su carácter es plenamente familiar, pues es este el tipo de turismo por excelencia de la localidad del Levante Almeriense.

El Ayuntamiento de Garrucha no va a delimitar los espacios de la playa este verano, al no considerarlo necesario, pero sí ha redoblado sus esfuerzos para garantizar en todo momento la seguridad de todos los vecinos y visitantes, cumpliendo con el aforo calculado según el espacio disponible, y controlando especialmente los accesos. Así, ha dividido la playa en cinco zonas, con seis entradas diferenciadas, ubicando a controladores tanto en el acceso a cada una de ellas como en la propia playa. Su misión será informar sobre las medidas a cumplir y controlar la efectividad de las mismas y estarán acompañados por vigilantes, que garantizarán en todo momento que se cumple con las normas en el contexto actual de crisis sanitaria por la pandemia de la COVID-19.

Parte del equipo que vela este verano por la seguridad en la playa de Garrucha. Parte del equipo que vela este verano por la seguridad en la playa de Garrucha.

Parte del equipo que vela este verano por la seguridad en la playa de Garrucha. / D. A.

La zona 1 está dirigida al baño asistido y su apertura se adelanta cada día a las 8:00 horas, estando dirigida especialmente a mayores y personas con movilidad reducida. En el resto de zonas rige un amplio horario, que va de las 09:30 a las 21:00 horas. Habrá un considerable refuerzo en la limpieza de todas las instalaciones de uso común y se reducirá el número de duchas habilitadas a dos por cada una de las salidas. Además, se han delimitado circuitos peatonales con marcas en las pasarenas, para garantizar igualmente que se respetan las distancias en todo momento. Los baños pueden ser utilizados, pero habrá que solicitar previamente la llave, pues permanecen cerrados precisamente como otra de las medidas de prevención establecidas por el ayuntamiento que preside María López Cervantes.

Al atractivo de sol y playa de la maravillosa Garrucha se une un ‘Malecón’ que es único en Europa por su baranda fabricada en mármol de Macael, edificios singulares como el del Ayuntamiento, que data de 1875 y se ubica en el lugar donde se alzaba el antiguo alfolí de sal, que daba servicio a cuarenta pueblos en la antigüedad. El mismo se rehabilitó en 1991 y posee una belleza singular. Y los visitantes no deben perderse este verano las famosas subastas en la lonja, que se celebran cada tarde de lunes a viernes y donde puede apreciarse el buen género (no solo la exquisita gamba roja de Garrucha) que traen los pescadores del Mediterráneo a diario.

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