Diez sitios aptos para personas celíacas en Cabo de Gata: sin gluten y en pleno Parque Natural
Gastronomía
Desde Agua Amarga a Las Negras, pasando por San José, en estos establecimientos hay opciones que prescinden de esta proteína para que los comensales disfruten de una experiencia culinaria completa
Los mejores restaurantes para comer en Cabo de Gata y alrededores
La comida une y cohesiona. El humano por naturaleza es un ser social y una de las opciones por él preferidas para dar rienda suelta a su afán de encuentro con iguales es hacerlo ante una mesa y un mantel. Y bajo esta premisa es clave que la gastronomía sea también un elemento inclusivo que no deje a nadie fuera. Es por ello que desde hace un tiempo ya ha dejado de ser extraño que los establecimientos hosteleros incorporen a sus cartas opciones adaptadas a los requerimientos de cada cual. Lo anómalo, de hecho, es lo contrario.
Así, es ya común ver en los menús una amplia leyenda de alérgenos distribuidos en cada plato para que cada comensal vaya sobre seguro y sepa qué pedir en función de sus necesidades. Que el negocio se adapte al cliente, y no al revés.
Entre esas realidades diversas se encuentran las de las personas celíacas. El gluten está presente en multitud de ingredientes y elaboraciones, por lo que allanar el camino para que este colectivo pueda disfrutar de un ágape en compañía, no por complejo, deja de ser un debe que los hosteleros han de cumplir. Y como quiera que el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar es uno de los lugares de la provincia de Almería cuya visita ha de ser ineludible, he aquí una lista de diez lugares que ofrecen una amplia variedad de opciones para que los celíacos disfruten sin miramientos de una experiencia culinaria completa.
Botavara (San José)
Este restaurante destaca porque prácticamente toda su carta es apta para celíacos, con la única excepción de algunas croquetas. Ofrecen pescados, carnes de calidad y arroces en un entorno con vistas al puerto deportivo de esta coqueta barriada nijareña. Puedes consultar su carta en la web de Botavara Grupo.
X Tela Marinera (Las Negras)
Muy bien valorado por los usuarios celíacos, ofrece una carta variada con muchas opciones sin gluten y con garantías de no contaminación cruzada. Son conocidos por su comida original, como el pan bao o los hot dogs coreanos, y postres deliciosos.
Ramona 'La Boutique de la Empanada' (Cabo de Gata)
Ofrecen empanadas argentinas caseras con rellenos increíbles, y varias de ellas son sin gluten. Quienes las han probado destacan su excelente trato y las opciones variadas, incluyendo platos veganos y vegetarianos para contentar a todos los paladares.
Restaurante Goleta (Cabo de Gata)
Este establecimiento de gastronomía mediterránea cuenta con opciones sin gluten, incluyendo pan y postres. Se preocupan por las intolerancias y ofrecen platos especiales si se solicita con antelación.
Bar El Timón (Las Negras)
Afincado en este pueblo marinero, cuenta una carta variada que incluye opciones para celíacos, como pescado frito con harina de garbanzo y, según reseñas, tienen una freidora aparte para evitar la contaminación.
Hotel Restaurante Blanca Brisa (Cabo de Gata)
Un tributo a la excelencia local. Una carta de esencia mediterránea con la garantía añadida de productos frescos y de proximidad. Blanca Brisa ofrece servicio de bar y restaurante donde podrá deleitarse con platos a la carta. Este hotel y restaurante es mencionado en los listados de asociaciones de celíacos por ofrecer opciones sin gluten.
La Ola (La Isleta del Moro)
"¿Por qué nos escoge la gente? La clave: dar siempre lo mejor". Con esa declaración de intenciones se presente este restaurante al comensal. Pescados y mariscos, pero también arroces, guisos, carnes, platos infantiles, postres artesanos... Siempre ingredientes frescos, arropados por las verduras y hortalizas del campo de Níjar. Destacan por freír sus elaboraciones con harina de garbanzo y cuentan con un espacio en su web que desgrana los múltiples beneficios de este ingrediente.
Asador La Chumbera (Agua Amarga)
Durante muchos años, Asador la Chumbera ha sido un referente gastronómico en un paraje natural incomparable. Su pasión por la cocina a la brasa y los productos de cercanía nos convirtió en un destino imprescindible para los amantes de la buena mesa. En 2025, este establecimiento inició una nueva etapa manteniendo intacta su esencia, de la mano del Chef Sylvain, pero con un escenario renovado, trasladándose frente a la playa de Agua Amarga. Un entorno privilegiado donde sigue ofreciendo la misma calidad y tradición que le caracteriza, ahora con la brisa del mar como aliada. Con una amplia carta, dispone de multitud de elaboraciones sin gluten.
Casa Pepe (San José)
Con una ubicación espectacular que ofrece una experiencia única, este lugar, en una de las zonas más antiguas de este pueblo marinero, invita al comensal a saborear una experiencia gastronómica en la que cada bocado es una explosión de sabores mediterráneos, cuidadosamente elaborados con productos locales y frescos. Nuestro estilo culinario se basa en sofritos tradicionales, que resaltan los auténticos sabores de nuestra región. Platos como las alcachofas fritas con romesco, nuestras gambas picantonas o el arroz Casa Pepe con puerro y gamba roja, harán las delicias de los amantes de la buena comida. Y, para poner el toque dulce, su famosa Torrija Casa Pepe. Destaca su uso de producto local y en su carta especifica que la mayor parte de sus fritos son aptos para celíacos. También incluyen opciones veganas.
Restaurante Oro y Luz (Rodalquilar)
En Oro y Luz, la cocina es un homenaje a los sabores del Mediterráneo. Su propuesta gastronómica combina la frescura de los ingredientes locales con la creatividad de sus profesionales de cocina, ofreciendo una experiencia única para todos los paladares. Definen su propuesta como "cocina mediterránea con alma local, creada con armonía y creatividad" y ofrecen opciones sin gluten y vegetarianas, adaptadas a todos los gustos.
También te puede interesar
Lo último
Mujer de agua
El parqué
Continúan los máximos
Ni es cielo ni es azul
Avelino Oreiro
Se adelantó el invierno