Violenta agresión en el puerto de Roquetas: golpea a un policía local en la cabeza con una viga de madera
El atacante detenido, una persona sin hogar de origen extranjero, también golpeó a otros dos agentes sin mediar palabra cuando iba a ser desalojado de una zona de riesgo en el espigón
Los atentados contra la autoridad no dejan de crecer: cada semana se producen 26 en Almería
Un agente de la Policía Local de Roquetas ha sufrido una violenta agresión en el desempeño de sus funciones de seguridad ciudadana, un nuevo episodio de atentado contra la autoridad que podría haber terminado en tragedia si no hubiera sido por la rápida reacción de sus compañeros. En la jornada del miércoles se personó una patrulla en el puerto roquetero para identificar a una persona sin hogar, de procedencia africana, e invitarla a abandonar una zona del espigón en la que se había acampado por el riesgo para la seguridad que conlleva y no tuvieron tiempo ni de iniciar la conversación. Este bigardo sintecho y de origen inmigrante cogió una viga de madera y con una inusitada violencia sin mediar palabra golpeó a uno de los agentes que cayó fulminado al suelo.
La intención del violento agresor, con antecedentes previos, era seguir con el ataque y trató de asestarle otro impacto con el palo, pero el compañero intervino y logró evitarlo. Pero en el intento de protegerlo acabó recibiendo otro fuerte golpe en la parte trasera del cráneo que le causó una profunda brecha en la zona parietal por la que comenzó a sangrar en abundancia. Quedó malherido, en estado de semiinconsciencia, sin posibilidad ninguna de reaccionar si hubiera continuado con la agresión. Pero no ocurrió porque en ese momento llegó otra dotación de apoyo que con ayuda de un primer agente logró reducir a este individuo, del que no ha trascendido su identidad, pero es bien conocido en este municipio por su agresividad.
El agresor había sido desalojado previamente del Castillo de Santa Ana y había mostrado con anterioridad signos evidentes de agresividad hacia los agentes y ciudadanos
Entre los tres policías locales consiguieron inmovilizarlo con mucha dificultad y riesgo por su corpulencia y envergadura. De hecho, un tercer agente recibió otro impacto, pero lograron tener la situación bajo control y conducirlo hasta el calabozo de la Jefatura de Policía Local a la espera de que pase a disposición judicial. El detenido había sido desalojado previamente por otros agentes del Castillo de Santa Ana en el que había improvisado un alojamiento con algunas de sus pertenencias y en todo momento mostró una actitud violenta hacia los agentes y cualquier otra persona que se cruzara en su camino. Un peligro para la seguridad pública en la localidad que puso de manifiesto su inhumana pretensión de rematar al policía que había quedado tendido en el suelo. El atestado llegó este jueves al Juzgado de Instrucción y Primera Instancia de guardia en Roquetas y el cuerpo de Policía Local confía en que en esta ocasión exista un reproche penal contundente y no queden impunes sus comportamientos y delitos mientras los agentes se recuperan de las heridas que les causó su violento ataque.
El Ayuntamiento de Roquetas ha declinado hacer ninguna valoración sobre el incidente ni sobre el estado de salud de los tres agentes que fueron golpeados por el arrestado. Un nuevo episodio de atentado contra la autoridad que se suma a un largo historial de agresiones y amenazas contra policías y agentes de la Guardia Civil en esta localidad del Poniente. El viernes 16 de febrero, en torno a las 13:00 horas del mediodía, un joven de nacionalidad marroquí, de 25 años y que responde a las iniciales M.B., se plantó en la puerta del puesto principal de la Benemérita de Roquetas en "actitud absolutamente violenta y agresiva" y gesticulando de forma enérgica llevándose el dedo pulgar al cuello en clara amenaza mientras vociferaba "Allahu akbar" (Alá es grande) con total desprecio al principio de autoridad y con ánimo de menoscabar la integridad física de los presentes.
Reclaman mayor reproche penal y medios
Las asociaciones de Guardia Civil y sindicatos de Policía Nacional llevan años alertando sobre el incremento de las conductas violentas hacia los agentes que cada vez son menos respetados por determinados segmentos de la población. Son víctimas de insultos, amenazas y ataques por el mero hecho de dedicarse a la defensa de las libertades y derechos de la ciudadanía en el mantenimiento del orden público, una situación de indefensión totalmente inmerecida e inasumible por el Estado de Derecho que requiere de medidas excepcionales por parte del Ministerio del Interior tanto en la protección y seguridad de los agentes como en el endurecimiento de las condenas que actualmente contemplan penas de prisión de 1 a 4 años y multa de 3 a 6 meses para el atentado a la autoridad y de 6 meses a 3 años de cárcel cuando sean funcionarios públicos.
Una de las patrullas que regresaba tuvo que reducirlo en un forcejeo que acabó con uno de los agentes intervenido de urgencia de una lesión de gravedad en la mano con un clavo en el interior y grapas de sutura. Durante el traslado a los calabozos de las dependencias del puesto situado en la calle Duque de Ahumada se giró sorpresivamente y propinó a uno de los agentes dos puñetazos en la cara que logró bloquear, si bien al caer al suelo se dio un fuerte golpe en la mano derecha. Una vez reducido el agresor por los compañeros, el guardia civil herido fue desplazado hasta el hospital Vithas Almería donde fue operado de urgencia de la fractura del quinto metacarpiano.
Tan sólo unos días antes, el 14 de febrero, uno de los coches patrulla recibía el impacto de un gran bloque de ladrillo cuando se desplazaban para intervenir en un aviso de okupación en la calle Nador de Las 200 Viviendas. En aquella ocasión fueron detenidos dos treinteañeros magrebíes con un amplio historial delictivo por reaccionar con violencia ante la presencia de la Guardia Civil causando daños importantes al capó y luna, pero sin alcanzar a los agentes que ya se encontraban fuera del coche. Y a finales de noviembre también sufrían un ataque desproporcionado otros dos guardias civiles cuando trataron de auxiliar a un detenido que se autolesionaba en los calabozos. En aquella ocasión el joven agresor, que les provocó heridas por las que tuvieron que recibir asistencia médica, había salido de la cárcel provincial de El Acebuche el 30 de octubre y en menos de un mes cometía dos robos, agredía a los agentes y era devuelto nuevamente a prisión.
Más seguridad para la Policía Local
El PSOE de Roquetas ha denunciado se han producido dos graves agresiones en menos de una semana en la localidad, la de los agentes en el puerto del miércoles y la de un conserje de las instalaciones deportivas de Cortijos de Marín que recibió varios puñetazos hace unos días, así como otra anterior que sufrieron trabajadores de la limpieza en Las 200 Viviendas, además de las continuas faltas de respeto y amenazas a las que están expuestos. El edil Rafael Torres ha trasladado a los heridos un mensaje de apoyo y el deseo de una pronta recuperación y ha pedido más medios para la protección de las personas que trabajan en la seguridad ciudadana. En este sentido, recuerda que recientemente otros agentes sufrieron ataques e incluso mordiscos por parte de los asistentes a un festival de música en la localidad.
"Los policías locales llevan años pidiendo dispositivos taser o pistolas eléctricas que contribuyan a paralizar al agresor sin consecuencias letales y que tienen otros agentes de localidades de la provincia". También ha aprovechado para criticar el conflicto que mantiene el Ayuntamiento con buena parte de la plantila de policía local que ha llegado a los tribunales. El PSOE de Roquetas ha criticado el "caos" de la venta ilegal que ha vuelto a prosperar en la calles de este municipio, así como los problemas de seguridad y convivencia que conlleva, tras el desmantelamiento hace unos años del grupo policial dedicado a su control y disuasión.
Pérdida del principio de autoridad
Estos ataques y agresiones han dejado de ser episodios puntuales y su evolución en la provincia, sobre todo en algunas localidades como la de Roquetas, ponen de manifiesto la pérdida del principio de autoridad. Las agresiones físicas y verbales a los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y funcionarios públicos en Almería han crecido un 85% en la última década y los delitos de atentado a la autoridad alcanzaron el pasado año su cifra más alta de la historia con un total de 317 hechos denunciados. El incremento ha sido exponencial pasando de 171 casos en 2014 a más de 300 por primera vez en el sistema estadístico de criminalidad en la categoría de atentados a la autoridad, agentes o funcionario público, correspondientes a los artículos 550 a 554 del Código Penal.
Así lo recoge un informe facilitado a este periódico por la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior confirmando una preocupante tendencia al alza de las actitudes violentas que vienen sufriendo principalmente los agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional en la provincia, así como a los policías locales y el personal del centro penitenciario de El Acebuche, y con menor incidencia entre los docentes y sanitarios. Entre los años 2013 y 2023 se han contabilizado casi 2.500 infracciones penales por atentados contra la autoridad, con una cifra en escalada permanente, salvo excepciones puntuales, que ha ido evolucionando de la siguiente manera: 189 en 2013, 171 en 2014, 182 en 2015, 176 en 2016, 212 en 2017, 232 en 2018, 205 en 2019, 263 en 2020, 252 en 2021, 293 en 2022 y 317 en 2023. El dato del pasado ejercicio con el que se ha batido el récord de la serie histórica se traduce en una media de 26 casos al mes en los que se ha producido una agresión o intimidación grave contra los agentes y funcionarios en Almería.
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