Breve guía a la imaginería del Jueves Santo

Semana Santa

Seguimos con esta aproximación con la intención de que sea una breve guía para que el lector conozca e interprete la imaginería que va a procesionar durante nuestra Semana más Santa del año

Procesión del Encuentro. / Javier Alonso
Antonio Andrés Díaz Cantón

06 de abril 2023 - 00:30

Se inicia con la Hermandad del Encuentro. Jesús Nazareno con la cruz sobre el hombro izquierdo del accitano José María Martínez Puertas (Guadix, Granada 1898, + Granada 1967) en 1943. Talla de candelero en madera de pino de Flandes con los brazos articulados. Rostro con el entrecejo fruncido en señal de dolor, cejas elevadas y casi unidas en su origen, y pestañas postizas las superiores. Con peluca de pelo natural, con ondulados mechones y corona de espinas sobrepuesta, y potencias realizadas a modo de aureola o resplandor. Abundantes regueros sanguinolentos que parten de la frente, de las fosas nasales, de las comisuras de los labios e incluso de los ojos, dando la impresión de llorar lágrimas de sangre. Ojos de cristal, nariz recta y ancha, los labios cerrados, el bigote ralo y fino, y la barba corta y redondeada.

La Virgen de la Amargura del mismo autor realizada en 1943. Tallada en madera de pino Flandes de candelero para vestir. Con la cabeza y la mirada elevada al cielo y brazos abiertos. De afligido semblante y ojos de cristal, pestañas postizas de pelo natural en los párpados superiores, y pintadas en los inferiores. Labios entreabiertos dejando ver los dientes superiores tallados. El carnoso y ovalado rostro, rematado por una fina barbilla, da paso a un cuello ancho y ligeramente anatomizado. Con seis lágrimas, tres en cada mejilla. Al compartir misma autoría que Jesús Nazareno presenta cierta similitud expresividad en sus rasgos faciales con el ceño profundamente marcado y las cejas muy juntas al elevarse en señal de dolor.

La Verónica, es la tercera imagen del cortejo del Encuentro, realizada por el valenciano José María Hervás Benet (Valencia 1912, Torrente, Valencia 1996) en 1952. Talla en madera y de candelero para vestir. La cabeza inclinada hacia la izquierda, ojos de cristal y mirada hacia abajo, con pestañas policromadas. Boca entreabierta con la dentadura superior tallada y las manos extendidas para sostener el paño con la Santa Faz. Verónica viene de “vera icona”, imagen verdadera, no existiendo en los evangelios ninguna referencia a esta supuesta mujer, solo en algunos apócrifos. Para los judíos era algo impuro profanar un sepulcro y llevarse la mortaja. Es por ello que se inventa este personaje de mujer que supuestamente limpió el rostro de Cristo cuando éste iba camino del Gólgota.

Rosario del Mar

Seguidamente la Hermandad de Rosario del Mar. Su titular cristífero es Jesús de las Penas en la advocación del abandono de sus discípulos. Realizado por el sevillano Luis Álvarez Duarte (Sevilla 1949, + 2019) en 1992. Imagen de Cristo que llora, para vestir, en madera de cedro policromada y pulimentada al óleo. La cabeza coronada con potencias y levemente ladeada hacia la derecha, dirigiendo la mirada al suelo, abatido. Los ojos pintados en la madera, con cuatro lágrimas, dos en cada mejilla, y los labios entreabiertos muestran la lengua y la dentadura talladas.

Rosario del Mar. / Rafael González

La Virgen del Rosario del Mar es una dolorosa bajo palio también realizada por Álvarez Duarte en 1996. De candelero de forma cónica y base ovalada para vestir, tallada en madera de cedro policromada y pulimentada al óleo. De madurez en sus facciones, angustiado semblante y mirada elevada hacia el cielo. Ladea inclinada la cabeza a la derecha con el cuello muy tenso. Los ojos de cristal, con los lacrimales enrojecidos y párpados hinchados por el llanto, y pestañas postizas en el párpado superior. Labios entreabiertos que dejan ver la lengua y los dientes tallados, y el puntiagudo mentón, centrado con hoyuelo. Posee siete lágrimas de cristal, cuatro en la mejilla izquierda y tres en la derecha. Las manos extendidas portando un pañuelo en la derecha y un rosario en la izquierda.

Angustias

Cristo de la Buena Muerte realizado por el valenciano José María Hervás Benet (Valencia 1912, Torrente, Valencia 1996) en 1954 para la Congregación Hermandad de las Angustias. Imagen de Cristo muerto clavada en un madero de sección cilíndrica y arbórea con “títulus crucis” (INRI). Tallado en pino de Flandes, policromado y pulimentado al óleo. La cabeza girada hacia el lado derecho, el rostro conservando el rictus de dolor y una atlética anatomía. Cabellera y barba partidas al centro con onduladas guedejas, cayendo la melena sobre la espalda, cuello y pecho. Rostro con facciones hebreas, ojos policromados y labios entreabiertos mostrando los dientes tallados. Muestra la frente herida por las espinas de una corona que no lleva. El cuerpo con fuertes brazos, ancho torax, vientre tenso, cintura estrecha y piernas colocadas en posición frontal, superponiéndose el pie derecho sobre el izquierdo. Con un sudario tipo cordelífero que se anuda en las caderas dejando al descubierto el muslo derecho.

La procesión de las Angustias de Almería, en imágenes / RAFA GONZÁLEZ

La Virgen de las Angustias realizada por el aloreño José Navas-Parejo Pérez (Álora, Málaga 1883, Granada 1953) en 1942, es un grupo escultórico con dos imágenes: Virgen sentada y Cristo yacente, inspirada en la patrona de Granada. Ambas talladas en madera de pino de Flandes policromadas y pulimentadas al óleo. La Virgen con la cabeza en posición frontal y la mirada hacia abajo, con rostro de mujer madura, párpados entornados y las comisuras de los labios muy curvadas hacia abajo en señal de aflicción, con las manos sobre su Hijo. Ojos de cristal, pestañas postizas en los párpados superiores y cinco lágrimas de cristal, tres en la mejilla derecha y dos en la izquierda. Cuello esbelto con redondeado mentón, boca entreabierta dejando al descubierto los dientes superiores tallados. El Cristo yacente colocado sobre el regazo materno. Destacan sus pálidas carnaciones y acentuado “rigor mortis”, manifestado tanto en la disposición de la cabeza como en la tensión del torso y la flexión de las piernas como consecuencia de la postura adoptada en el madero. La cabellera partida al centro, presenta onduladas hebras pegadas al cráneo que caen sobre los hombros del Cristo. Los ojos policromados junto con los labios se hallan semicerrados, la nariz es afilada y la barba muy puntiaguda. La anatomía está proporcionada con escaso detalle, resaltando las costillas en el tórax y los brazos que aparecen casi paralelos al cuerpo.

Silencio

Cierra la nómina la Hermandad del Silencio. El grupo escultórico del Descendimiento está realizado en madera de pino por el granadino Eduardo Espinosa Cuadros (Granada, 1884, +1956), en 1947. Formado por siete imágenes, representa el momento en que el cuerpo inerte de Cristo es descendido del madero por los santos Varones, José de Arimatea y Nicodemo, que aguantan los brazos del cadáver, y recogido por San Juan que sostiene las piernas flexionadas de Jesús, además de la Virgen María y las Santas Mujeres, María Magdalena y María de Cleofás, para proceder a amortajarlo. La cabeza de Cristo se inclina hacia el lado derecho y su larga cabellera, peinada al centro, cae hacia adelante y sobre ambos hombros. Con potencias y sin corona de espinas. Semblante de rasgos hebraicos, con ojos y pestañas pintadas, nariz afilada y la boca entreabierta con dientes tallados. De carnaciones oscuras, el modelado anatómico ofrece un Cristo robusto y fuerte. El sudario es un paño de pureza sin anudar que cubre la desnudez doblándose al centro. La cruz es de sección cilíndrica y arbórea.

La procesión del Silencio de Almería, en imágenes / RAFA GONZÁLEZ

La Virgen del Consuelo realizada por el sevillano Antonio Castillo Lastrucci (Sevilla 1876, +1867) en 1946. Dolorosa bajo palio tallada en madera, con candelero de base ovalada y traza troncocónica para vestir. De facciones aniñadas, angustiada por el dolor y reflejando un gran recogimiento. La cabeza levemente inclinada a la derecha con la mirada baja, ojos semicerrados policromados en la madera. Pestañas postizas las superiores y pintadas las inferioriores. Posee cinco lágrimas de cristal, dos en la mejilla derecha y tres en la izquierda. La boca cerrada. Rostro ovalado con mentón ancho y redondeado, el cuello, en cambio, se muestra esbelto y suavemente anatomizado en su parte inferior. Las manos se encuentran juntas con los dedos entrecruzados, en actitud orante. Las carnaciones son cálidas, con las mejillas y los caídos párpados sonrosados por el llanto.

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