Derroche de Humildad y Paciencia con la cofradía de Los Molinos
Los hermanos ponen cada año valentía y empeño para hacer un largo recorrido hasta llegar al centro de la ciudad y regresar a su barrio con los corazones henchidos de orgullo y amor a sus titulares
Como cada Martes Santo, un barrio hecho bulla se agolpó a las puertas de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, en el popular barrio de Los Molinos, para ver de nuevo la cofradía con la que se sienten cada vez mas identificados y a la que cada vez mas arropan con su cariño. Pasaron diez minutos sobre las cinco de la tarde cuando las puertas del templo se abrieron para dejar primero entrar la luz de un sol resplandeciente para luego dejar salir la cruz de guía de la Hermandad y Cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Stma. de Gracia y Amparo y San Juan Evangelista, escoltada por dos faroles que a todos los penitentes conduce en su estación de penitencia y marca el rumbo de su caminar. Varias parejas de nazarenos ataviados con túnica blanca, fajín y antifaz morado, se adentraron por las calles de su barrio ante la expectación de todos los que allí esperaban, entre ellos avanzaba un nazareno con la bandera morada, símbolo de la próxima llegada de Ntro. Señor al dintel de la puerta. El incienso comenzaba a escapar al cielo azul de Los Molinos y el racheo de las 40 costaleras que calza este paso de misterio a escucharse entre las órdenes que Francisco Javier Giménez López, capataz general de la hermandad, mandaba delante del paso de Nuestro Padre de Humildad y Paciencia. Como ya es habitual la Agrupación Musical María Santísima de la Cabeza de Exfiliana endulzó el caminar del Salvador en su largo recorrido. Friso de claveles rojos decoraron el Misterio de La Coronación debiendo destacar la incorporación de una nueva imagen a este conjunto iconográfico cada vez mas asentado y completo, como es la de un sayón rodilla en tierra y elevando los brazos hacia Jesús en posición burlona. Otro estreno destacable es el baquetón del paso de misterio.
Tras el paso de nuestro Señor la Cruz Parroquial portada por nazarenos junto con dos faroles asoman por la puerta del templo, ya se siente la emoción hasta ahora contenida por ver de nuevo la sacra conversación en la calle, María Santísima de Gracia y Amparo aparece ya para saludar a su barrio tras un nutrido grupo de nazarenos vestidos con túnica blanca, antifaz y fajín burdeos, tras los cuales desfilan con gran seriedad un numeroso grupo de niños, y bastantes mantillas que acompañan en su pena a la Señora de Los Molinos.
José Luis Saldaña Fernández es el vestidor de esta dolorosa que procesionó con salla azul bordada en oro y manto rojo. Característico es la iconografía del paso pues es la única sacra conversación, La Virgen con San Juan, que en nuestra capital podemos ver pues el resto de dolorosas, ya sea con palio o sin el, van solas en sus tronos, destacar también la crestería que el palio luce, pues es junto con el de la Virgen del Consuelo del Silencio los únicos en nuestra ciudad de esas características.
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