Domingo emotivo en El Alquián
Semana Santa
El populoso barrio de pescadores recibe con júbilo en las calles el estreno de la Borriquita
Desde primeras horas de la mañana se podían sentir los nervios del barrio almeriense de El Alquián. Las idas y venidas entre la Iglesia del Carmen y la del Cristo Redentor, conocida como de la «Guardería’, se sucedían. El motivo no era otro que algo absolutamente novedoso para esta feligresía. Por vez primera las calles alquianeras verían procesionar a Ntro. Padre Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén. Pero, más todavía, debían de ser los niños e infantes los protagonistas del cortejo procesional.
El cortejo procesional asomaba por el dintel de la puerta. Niños hebreos, penitentes y mantillas hermosamente ataviadas para la ocasión se sucedían entre sonrisas y lágrimas de sus progenitores. Tras la bendición de los ramos y las palmas la procesión se puso en marcha al son de la banda de música del Santísimo Cristo Redentor y de Ntra. Sra. de los Dolores. De esta guisa la comitiva fue avanzando por las populosas calles de El Alquián. Abarrotado, el recorrido discurrió alegremente entre el jolgorio propio de la fiesta y la seriedad que catequistas y organizadores habían impreso.
La llegada a la plaza de la Iglesia significó el final de la procesión de alabanzas y el comienzo de la eucaristía dominical. En ella, Cristo se hizo presente en medio de una comunidad que llenaba el lugar como en las grandes ocasiones. Nuevamente los niños y jóvenes fueron los protagonistas presentando con desparpajo las peticiones.
La mañana transcurrió llena de emociones y sentimientos que hicieron presente a los alquianeros que en otras ocasiones habían compartido estos días grandes en este barrio. Con todo, quizás el gran milagro de la Borriquita fuera la unidad que se podía respirar de la práctica totalidad del barrio alquianero en torno a su novedosa procesión.
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