Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Anatomía de un bostezo
Semana Santa
La Hermandad de La Estrella celebró el pasado sábado su Pregón de exaltación a sus Titulares, que fue pronunciado por el párroco de Adra José María Sánchez García. Fue presentado por el presidente de la Diputación Provincial Javier Aureliano García, a quien acompañaron los vicepresidentes Ángel Escobar y Fernando Giménez, el parlamentario Manuel Guzmán, el concejal Carlos Sánchez y miembros del cuerpo de Protección Civil de la Diputación.
Recordó el presentador que el pregonero fue alumno de La Salle y la Compañía de María. A los 17 años entró en el Seminario y fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 2010, poco después de cumplir 24 años. Desde esa fecha ha ejercido su magisterio sacerdotal en las parroquias de San Isidro de Níjar, Alhama, El Alquián y actualmente en Adra.
Afirmó también el presentador: “José María se convierte en uno más, en un amigo, en un confidente a quien contarle los problemas, las alegrías y noticias importantes y en un guía espiritual que nos acerca a la palabra de Dios. Además de ser el mejor guía de nuestra fe, ha demostrado ser un excelente gestor del patrimonio material e inmaterial en los templos en los que ha ejercido su acción pastoral”.
Sin más preámbulos, comenzó su Pregón José María Sánchez en una alocución poética y musical en la que expuso lo que la Hermandad y sus Imágenes Titulares significan para su fe y la Semana Santa de Almería. “Noches eternas de Domingo de Ramos que todo los llenaban de luz pues una estrella del cielo paseaba bajo palio, esa estrella, Señora, eres tú. Tras horas de fervoroso camino nuestros barrios se fundían en un último suspiro de amor. Madre querida, adiós, hasta el año que viene, guárdanos bajo tu manto protector. Si en su mirada está el cielo puedo cerrar mis ojos y sentir muy dentro su consuelo. Un beso de buenas noches con una lágrima de frío y emoción”, exaltó el pregonero.
Y concluyó: “No podría imaginar la Semana Santa sin tanta gente buena de corazón, ilusionada, movida por tantos proyectos y ganas, trabajadora, generosa…, tanta gente que a mí me ha enseñado a vivir la fe con sencillez y a compartirla en familia y con ilusión. Nuestras cofradías son el rostro de la Iglesia y siempre con los brazos abiertos quieren dar al mundo su único tesoro, Jesucristo”.
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