Empaque y señorío se adueñan del centro con la venia episcopal

Una Plaza de la Catedral abarrotada de un público impaciente oyó un crujido de cerrojo de las cancelas cuando las puertas de la Catedral se abrieron de par en par y una exclamación silenciosa de fervor se dejó sentir en las miles de almas al ver aparecer bajo el dintel de la puerta catedralicia un nazareno portando sobre su cintura la cruz de guía, símbolo de la Redención. A continuación lo hizo el primer tramo de nazarenos revestidos con magnificencia y piedad la túnica marfil con escapulario y antifaz azul portando largos cirios de cera roja, por el carácter sacramental de la cofradía. El paso de Misterio del Prendimiento de Jesús, salió envuelto en un nebuloso incienso con olor a pasión y con ornamentación floral de claveles rojos sangre toro, dirigido por los capataces David Marín y Calor Galice, y auxiliados por Juan Leal, Antonio Rodríguez e Isaac Vílchez, y los acordes musicales de la Agrupación musical Nuestro Padre Jesús de la Pasión, de la localidad jiennense de Linares, que comenzó interpretando Al tercer día.

Es importante destacar que, antes de la salida, el consiliario Juan José Martín Campos; hermano mayor, Enrique Marín Sorroche; el fiscal del paso de palio, José Antonio Miras Asensio; y el vicario general, Tomas Cano, acompañados por el alcalde de la ciudad, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, se dirigieron al palacio episcopal a solicitar la venia para iniciar la estación de penitencia en comunión eclesial, siendo protocolariamente concedida por el obispo de la Diócesis, monseñor Adolfo González Montes.

En el interior del templo, el canónigo magistral y consiliario, Juan José Martín Campos, realizó las preces de ritual para recordar el verdadero significado de la estación de penitencia, habiendo sido necesario confesar y estar en gracia de Dios. Tras el rezo de un Padrenuestro y Avemaría, se impartió la bendición a todos los integrantes del cortejo procesional.

El recorrido por las calles del itinerario establecido fue un auténtico ejemplo piadoso de todo lo que supone el ritual litúrgico procesional de una estación penitencial, mucho orden y sobriedad en el discurrir de los nazarenos de luz o cruz y los que llevan determinados atributos, que dan al cortejo una lectura evangélica de cuanto sucedió en el Jerusalén de hace dos mil años.

Tras la salida del primer paso, el diputado mayor Blas Marín, ordenó la del segundo de los tramos, con la presencia del Guión del Grupo de Artillería de Campaña II de la Legión 'Rey Alfonso XIII', hermanos mayores honorarios, acompañado por oficiales, suboficiales y tropa con suma marcialidad y mística legionaria, invocando al Señor Cautivo de Medinaceli la protección y ayuda divina al Señor de la Vida y la Esperanza ante las loables tareas como fuerza de pacificación y labores humanitarias que realiza en determinados conflictos a nivel internacional.

Tras el Guión del 50 aniversario fundacional de la cofradía y el del Jubileo de las XL Horas, al tener Prendimiento carácter de cofradía sacramental, y la presidencia del paso integrada por el vicario general de la Diócesis, procesionó la impresionante imagen barroca de Jesús Cautivo de Medinaceli, el Señor de Almería, con la cera de sus penitentes e iris morados, la mayor devoción pública de fe de Almería.

El capataz Francisco Romero mandó con finura y elegancia una cuadrilla de costaleros formada por 30 hombres, ayudadado por Cristóbal Moya y Javier Alonso, que alargaban el paso a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Santa Cruz, cuyos sonidos hacían vibrar el primaveral y bullicioso ambiente de la tarde y noche entre la multitud que abarrotaba las aceras para ver la impresionante imagen que tallara Dubé de Luque, vestida con exquisitez y dulzura por Blas Marín, donada por los almerienses tras desaparecer en el incendio hace 15 años.