La ciudad rebosa de Amor y Esperanza con los Estudiantes

Una numerosa representación de la Universidad y Colegio de Graduados Sociales acompañó el cortejo procesional

La ciudad rebosa de Amor y Esperanza con los Estudiantes
La ciudad rebosa de Amor y Esperanza con los Estudiantes
José Luis García / Almería

21 de abril 2011 - 08:24

En una espléndida tarde inició su estación de penitencia la cofradía de los Estudiantes. A las ocho, con precisión y puntualidad, bajo la atenta mirada de monseñor Adolfo Gonzalez Montes, obispo de la Diócesis, hacía su aparición la cruz de guía bajo los sones que la Agrupación Musical Santa Cecilia de Aguilar de la Frontera comenzó a entonar mientras salían los nazarenos, que ataviados con túnica negra con botonadura y antifaz rojos y cinturón de esparto, comenzaban a salir. Entre ellos el Guión Universitario representante de la íntima relación que esta hermandad tiene con la Universidad de Almería.

Todos avanzanban escuchando las campanas de los diputados de tramo que vaticinaban la proximidad del paso de la Oración. Sonando los compases del himno de España hacía su presencia Nuestro Señor cuyo paso iba engalanado con anturium, rosas y gladiolos rojos, con un pequeño toque morado y un friso de clavel cardenal. Aparecía la cruz parroquial escoltada con sus ciriales portados por nazarenos cuya indumentaria estaba compuesta por túnica blanca con botonadura, fajín y antifaz verdes, colores que presentan los nazarenos acompañantes de Nuestra Señora de la Esperanza. En esta cofradía el estandarte corporativo es escoltado por mazas, elementos ya poco comunes en nuestra Semana Mayor. Cabe destacar la presencia de las representaciones del Colegio de Graduados Sociales, tras haber sido nombrado hermano de honor el pasado mes de diciembre, así como de la Universidad de Almería. Poco antes de la aparición de la Virgen, hizo a su vez acto de presencia el viento provocando el desagrado de los allí presentes, pues comprobaron como la cera de los nazarenos que portaban por primera vez en forma de cirios en lugar de los ya habituales faroles, se apagaba.

La aparición de Ntra Señora del Amor y la Esperanza arrancó el clamor de la gente que allí abarrotaba la plaza. Rosas y antorium blancos en las jarras laterales, abundantes flores de cera y centros de rosas blancas delante de los candelabros de cola componían el exorno floral del paso de Nuestra Madre. De nuevo, otro Miércoles Santo mas, la oración se convirtió en amor y esperanza con las canciones de la tuna ante la Patrona de la ciudad.

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