Almería está siendo un hervidero en esta Semana Santa. Y en lo poco que queda de ella, apenas el Triduo Pascual y la Resurreción de Cristo, las calles seguirán tomadas por multitud de fieles, así como los bares y hoteles, algo necesario para la hostelería almeriense.

En cualquier momento de la Pasión de 2023 se ha podido ver a un número sinigual de espectadores, pero las cifras han sobrepasado todas las previsiones en uno de los momentos culmen de esta Semana Santa de Interés Turístico Nacional como es el Encuentro que protagoniza la Ilustre y Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de la Amargura y Santa Mujer Verónica.

La Plaza Circular, confluencia de Paseo y Rambla, es un sitio abierto e ideal para que Nazareno, Verónica y Amargura se pongan frente a frente y se procesen esa mezcla de amor de una madre a un hijo con la compasión por el martirio sufrido por Cristo. Después del lluvioso acto del pasado año, en esta ocasión el agua [que buena hace falta le hace a Almería excepto en Semana Santa] no interfirió en ese momento místico y centenares de almerienses disfrutaron con una de las escenas más singulares y más conocidas de estos días.

Tras esto, después de dos hora y media de trayecto desde Ciudad Jardín al centro por dos recorridos diferentes, la hermandad morada emprendió rumbo a su carrera oficial, donde tampoco encontraron ni un solo asiento vacío. Almería había disfrutado con el Encuentro y ahora lo hacía también con el arte con el que los costaleros, y a mucha honra un cada vez más destacado número de costaleras, portaban las tres imágenes de la hermandad.

Tras dejar su impronta y su buen hacer en el centro, Encuentro se volvió a su barrio. Las fuerzas ya iban justas, iban camino de seis horas en la calle, pero siempre queda un último aliento para arrancar las palmas a los fieles que esperan a la llegada.