Miércoles Santo

Esperanza en la milenaria Almedina

  • Los Estudiantes "madre y maestra" de los días grandes de Pasión pisó de nuevo ayer la calle bajo la ovación de los almerienses. En la calle Almedina el paso de Palio fue sorprendido por una gran petalá.

Todo estaba preparado en el interior del apostólico templo catedralicio, los costaleros con sus capataces y contraguías en cada uno de sus pasos, el Diputado Mayo y de Tramos organizando las filas de nazarenos, situación de las mantillas, monaguillos, acólitos, y representaciones institucionales, era un id y venid, fluyendo en los corazones con alma piadosa de las cientos de personas, que se encontraban pendientes de la tradicional llamada de la campana para la realización de las preces de ritual por parte del hermano mayor y el deán, revestido con los atributos de la canonjía, llamando con litúrgica voz, que el fervor y la devoción se transforme a través de la comunión eclesial en verdadero y auténtico testimonio de penitencia en las milenarias calles almerienses, en el LXXI Estación de Penitencia. Y así fue, con el grado de "cum laude" sobresaliente, un año más, desde que se fundase en 1944 esta ilustre cofradía capitular almeriense,

Todo está listo tras el acto penitencial del Martes Santo, y además les avala a esta Real, Ilustre, Concepcionista y Universitaria Cofradía de Los Estudiantes, ese sentimiento expresado en la primaveral "madrugá" del Miércoles Santo, con el último retranqueo del Paso de Palio, que vio el amanecer a las 00:27 horas entre el rezo de las bienaventuranzas con el Sol de Villalán-Portocarrero de testigo, desde el dintel de las sagradas puertas, y que a las ocho en punto de la tarde, volvieron en el ocaso del caluroso día, volvieron a abrirse como un corazón esperanzador para que saliesen los nazarenos vestidos de penitentes con la Cruz de la Redención, que guío y presidió el cortejo procesional de la académica Cofradía de mayor identidad con los sentires de lo almeriense por su larga trayectoria de ser semilla de cofrades y cofradías.

No se puede entender la religiosidad popular de la capital almeriense sin la presencia activa de la Cofradía de los Estudiantes, que a los sones de marchas procesionales con sonido de cornetas y tambores a la antigua usanza, el Paso de Misterio de la Oración en el Huerto con su Indaliano Ángel, fue caminando con prestancia cofrade para adentrarse en el castizo barrio de la Almedina, tras el sonido espiritual de las cuerdas de la pasional guitarra almeriense y rendir pleitesía fraternal a las monjas de clausura Las Puras, sitas en la calle del poeta de mística profana en la búsqueda espiritual de la verdad metafísica, José Ángel Valente, y al silencioso Cristo del Amor de la Almedina, que espera tras su bendición hace un año, a la llegada de su salida procesional desde la Alcazaba con su torre de Vela de la Virgen de los Dolores tocando a Laudes y Completas.

Detrás, el elegante y majestuoso Paso de Palio de María Santísima del Amor y la Esperanza, "la Virgen guapa y bonita por excelencia", la que ilumina el Miércoles Santo almeriense en la fe y la caridad de cuantos se sienten atraídos por tan magnifica efigie, que evoca el principal mandamiento de todo hermano en Cristo, el Amor con la esperanza en la Resurrección. Bello caminar de todo el cortejo procesional que recibieron los ayes de la saeta en la Almedina organizada por la Asociación de Vecinos del Casco Histórico, y más adelante, en el inicio de la calle Real y en la sede social de la Asociación contra el Cáncer por parte de los saeteros y saeteras de la Peña el Morato, que expresaron la oración hecha profundo y fervoroso cante por seguiriyas.

Las calles del casco histórico, que rebosaban de fieles y personas, la Cofradía tuvo un encuentro multitudinario, siempre emotivo, a la llegada al Santuario Mariano de la Virgen del Mar, Patrona Coronada, que fue recibida por los Padres Dominicos y Junta de Gobierno de la Pontificia Hermandad patronal, entre los cánticos de la Tuna universitaria, para encaminarse la procesión penitencial hacia la carrera oficial, que era esperada desde las tribunas municipales como el gran broche de oro al Miércoles Santo Almeriense con su lema "Veritas liberabit vos". Todo un alarde de excepcional fe piadosa de una Cofradía de nazarenos, a la que acompañaron docentes y discentes de la Universidad de Almería, UNED, miembros de la Asociación Contra el Cáncer, OJE y el Ilustre Colegio Oficial de Graduados Sociales de Almería con su lema de "Justicia Social".

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