Semana Santa

Semana Santa de Almería: Gotas de agua que no apagan una Estrella

Estrella.

A las tres de la tarde, con un cielo encapotado, se abre la puerta de la I.P. de San Isidro Labrador. Empieza este desfile procesional, que llevamos 365 días esperando. Empiezan a salir los penitentes. Y simultáneamente, por la puerta contigua, aparece Nuestro Padre Jesús de las Penas. Un trono imponente, nos hace ver, en la altura, a Cristo, sentado sobre una roca antes de su crucifixión, con actitud implorante. Junto a él las figuras secundarias, entre ellas nos intimida un soldado romano sobre su caballo. El conjunto es sobrecogedor, por su belleza y realismo. La calidez viene dada por las velas y las flores, que adornan con sus tenues colores.

El acompañamiento musical lo realiza la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de la Caridad de Vélez Málaga (Málaga). Sus marchas, emocionan y sobrecogen. Los 150 nazarenos portan sus túnicas, capas y guantes blancos, que contrastan con el antifaz (con escudo frontal bordado), el fajín y las botonaduras azul marino en terciopelo. La guardería está compuesta por un amplio número de pequeños penitentes que disfrutan de esos primeros pasos del desfile procesional. Protección Civil acompaña al cortejo.

Y María Santísima de la Estrella aparece majestuosa, con su palio y manto azul marino. Seis varales por cada lado, ayudan a visualizar el caminar de la Virgen. Ese bello avance, que nos deleita y embelesa. Las delicadas flores que enmarcan el trono de la Virgen, ayudan a sentir su dulzura. Más de treinta mantillas preceden a María Santísima. Bellamente ataviadas con el broche de Estrella y sus guantes blancos. La banda de música Los Iris realiza un acompañamiento musical de gran altura.

Los costaleros bailan tanto al Cristo como a la Virgen, sin pensar en las más de siete horas que tienen por delante. Ha sido un precioso tramo recorrido con delicadeza, acompasado con sus respectivas melodías y una sentida petalá a la Virgen.

El nuevo horario, hace que nuestra ciudad viva el Domingo de Ramos con desfiles procesionales desde las 10 de la mañana, que sale la Borriquita, hasta las 11 de la noche, que se recoge los Ángeles. Once horas de alegría y recogimiento al ver a nuestras imágenes llenar de color y sonido nuestra realidad.

Pero, llega la lluvia. Empieza a chispear y luego va aumentando la intensidad, cuando el cortejo va por la calle San Leonardo, el tramo de la Virgen se divide. Se dirigen a la Iglesia de San Sebastián, por González Garvín. Allí, todo ha sido arreglado para que los pasos puedan tener cobijo. Dos hileras de fieles indican el camino, …. Pero la Virgen continúa en busca del Cristo, que ha va en su ruta teórica.

Cuando llega la Virgen a la altura de la Iglesia de San Pedro, la lluvia es intensa, pero no es posible su entrada, por la salida de la Santa Cena, así que prosiguen camino, hasta la Hermandad del Prendimiento, donde se refugia y se reencuentra con su Cristo.

Muchos han sido los rumores sobre la ubicación de las imágenes y esta que aquí se cita, es la realidad. Después de una larga espera y con permiso de la climatología, el desfile procesional he retomado su camino pasando por la calle Cubo, hasta la plaza de la Catedral. Los aplausos enfervorecidos han sonado cuando han aparecido los titulares y han retomado el camino hasta Regiones.

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