Pototo y el fervor de una Virgen

Periodista. Álvaro Cruz López, nacido en Melilla y almeriense de hecho y derecho, estaba en posesión de la Cruz de Beneficencia en premio a sus generosas campañas radiofónicas

Pototo y el fervor de una Virgen

24 de marzo 2013 - 01:00

ESTE no es un obituario al uso, que también, sino el título elegido muy a mi pesar para comenzar, un año más, mis colaboraciones de Semana Santa en Diario de Almería. Los periódicos locales -están vez si estuvieron a la altura de las circunstancias- dieron cumplida cuenta de la necrológica y sepelio de Álvaro Cruz López "Pototo" (Melilla, 1939-Almería, 2012) editando sentidas columnas de despedida, recuerdos y vivencias, comentarios y fotografías. El personaje merecía sobradamente el espacio asignado cuando en una fecha singular (12 del 12 de 2012) se produjo su fallecimiento. Entonces creí oportuno demorar el adiós público a las jornadas semansanteras que él vivía intensamente cuando aún no se hallaba enfermo. Pero antes de proseguir debo subrayar que el bueno de Álvaro ostentaba el tratamiento de Iltmo. Sr. desde que a finales de septiembre de 1972 el entonces gobernador Civil, Juan Mena de la Cruz, le impuso la Cruz de Beneficencia en premio a la campaña realizada a través del dial en favor de las víctimas de la explosión e incendio, por manos criminales, de una droguería en la céntrica calle Gerona.

FLAMENCO

Con estas líneas solo pretendo testimoniar mi afecto al que en vida fue un amigo, pese a que a raíz de su estancia en Aguadulce los contactos se hicieran esporádicos. Despedirlo acompañando un documento gráfico que aunaba su respetuoso concepto del fenómeno musical andaluz declarado Patrimonio de la Humanidad con la profesión radiofónica. El conservaba muchas fotografías pero a esta que hoy aporto le tenía especial cariño. Y es que en lo aljibes árabes-cristianos de Tenor Iribarne se le podía ver con frecuencia desde que la peña El Taranto se fundase mediado los sesenta del siglo pasado: tomando un "segoviano" o un vino con los amigos (si cito a todos me falta página), grabando un recital para Radio Almería o Popular o entrevistando al artista de turno. Aquí le vemos junto al muy olvidado Paco Barranquete -buen cantaor, buena gente y almeriense de pro- al que le entrega el galardón conseguido en el 1º Concurso de Saetas convocado por la entidad cultural decana. Pototo era tan buen aficionado y conocedor del flamenco que el prestigioso Festival de Cante lo requirió en ocasiones para presentarlo en La Alcazaba o Plaza Vieja en agosteñas noches de Feria.

ALMERIENSE Y

SEMANASANTERO

Y almeriense cabal en el punto y hora que el "Antonio Lázaro", el vapor que cubría la línea con Melilla, cruzó la bocana del Puerto cuando aún no había sido destetado. Almeriensismo que ya ejerció durante su tiempo de estudiante en Madrid en el Colegio de Huérfanos del Ejército. De regreso a la ciudad, realizó prácticas en Radio Juventud previas a su ingreso profesional (septiembre, 1960) en Radio Almería, jubilándose en la Cadena Cope.

Desde que lo conocí en la calle Solís -trasversal a la Real de la Cárcel-, donde vivía con su madre (viuda de militar), su hermano Paco (Curri) y, si la memoria no me traiciona, una tía de ambos, virtuosa de la aguja, el dedal y la máquina de coser Alfa, ya coincidíamos -con planteamientos religiosos diferenciados pero siempre respetados por ambos- de un sentimiento común: la cercanía por la Semana Santa y el cante por Saetas. Por seguiriyas escuchamos unas cuantas, antes o después de un alto en el Kiosco Amalia, en las voces de José Sorroche, el antedicho Francisco Barranquete y su sobrino Pepe, Chiquito de Oria, Pepe y Juan Gómez, Paco el Mellizo y una cantaora exquisita y aún desconocida, Antonia López

La devoción mostrada al Cristo del Escucha, a su viacrucis de madrugá y a La Soledad de Santiago era algo especial. Me consta que le dolió profundamente el comentario vertido en un libro que "paso a paso" elaboró un sacerdote-historiador iracundo e injusto. Alvaro, con su proverbial elegancia, decidió ignorar al clérigo en lugar de pagarle con idéntica moneda, de responderle con hiel. Para que quede constancia literal he aquí el parrafito. Que Dios se lo pague:

Algún gracioso, con mala intención ha comenzado a llamar (la obra se publicó en 1992) a esta imagen (La Soledad) La Lola, lo que nos fastidia extraordinariamente a sus devotos, setenta años rezándole. Prefiero que la quemen a que la insulten, pero el periodista que cada año repite la gracia no opina lo mismo. Será algún hijo de los que quemaron el templo

¿Son malintencionados los gaditanos, jienenses y sevillanos cuando a sus cristos los llaman popularmente El Greñúo, El Viejo o Cachorro? En el tanatorio no faltó casi nadie aquella fría mañana decembrina para darte el último adiós junto a tú familia. Antiguos y nuevos colegas de los distintos medios, veteranos y jóvenes, compañeros de la Cruz Roja a la que tan generosamente te entregaste y ciudadanos de muy diversa condición. Pero querido Álvaro, en esa ceremonia de despedida nos faltó escuchar la sinfonía del "Nuevo Mundo" que servía de sintonía al "Ustedes son formidables", programa de Alberto Oliveras con el que colaborases asiduamente desde tú Radio en Almería. Adiós, franciscano andariego.

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