Vélez Rubio se vuelca con el Señor de la Caja en su IV centenario

La Semana Santa de Vélez Rubio, declarada de interés turístico de Andalucía, alcanza su cenit el Viernes Santo. En este día la fe y devoción de los velezanos que se ha podido palpar acompañando la imagen del Cristo Yacente que este año cumple el IV centenario de su hechura, obra de Alonso de Mena, siendo una de las imágenes más importantes de la Diócesis de Almería.

Hasta Vélez Rubio se ha trasladado el presidente de la diputación de Almería, Javier Aureliano García, para celebrar junto a la Hermandad de la Santa y Vera Cruz de Cristo esta importante efeméride.

Pasados unos minutos del medio día, se trasladaba el cortejo presidencial desde la iglesia parroquial, encabezado por el párroco Javier Ruiz; el Hermano Mayor de la Hermandad de la Santa y Vera Cruz de Cristo, Juan Carlos Sánchez; el presidente de la Diputación, Javier A. García; el alcalde de Vélez Rubio, Miguel Martínez Carlón, y el encargado de poner el tercer clavo en el momento de la crucifixión, Alfonso Heredia, hasta San José donde se estuvo velando la imagen durante toda la noche del Jueves Santo. En el interior del templo, el Hermano Mayor hacía entrega de una réplica de un clavo al presidente provincial.

El presidente de la Diputación, Javier A. García, ha destacado que “la Semana Santa tiene un color especial en municipios como Vélez Rubio. La devoción de su gente y del trabajo que realizan durante todo el año los Cafés, Esclavos, Porcelanos y hermanos del Señor de la Caja ha puesto de relieve que la celebración de esta semana también es importante en municipios pequeños y del interior. La procesión del viernes santo es una cosa única que todos los almerienses tendríamos que ver al menos una vez en la vida”.

La imagen yerta, portada por seis anderos, se trasladó desde San José hasta una abarrotada iglesia parroquial donde se escenificó la crucifixión de Cristo ante la mirada emocionada de cientos de vecinos y foráneos que con lágrimas en los ojos observaban como iban clavando al madero santo cada una de las extremidades del Señor de la Caja. El encargo de colocar el tercer clavo, el de los pies, le ha correspondido a Alfonso Heredia.

Tanto el alcalde de Vélez Rubio, Miguel Martínez-Carlón, como el Hermano Mayor han agradecido al presidente de la Diputación que participe en este acto tan destacada para los velezanos.

Ya por la tarde del Viernes Santo se celebraba la magna procesión del entierro con la participación de las cuatro hermandades de la Semana Santa Velezana.

El cortejo funerario lo abría el Señor de Caja llevado por seis horquilleros reales que portan sobre sus hombros la caja de madera acristalada con la imagen de Jesús muerto, escoltado por miembros de la Guardia Civil y la Legión. Vestidos de riguroso traje negro y capas blancas con el cuello y vuelta de raso rojo con la insignia de las cinco llagas van cruzando lentamente la plaza de la Encarnación. El silencio es absoluto, Jesús ha muerto. Tras él, medio centenar de mujeres con mantilla, acompañan.

El silencio se rompe con el tronar de tambores y cornetas de las bandas de las hermandades y cofradías que acompañan a “porcelanos”, “esclavos” y “cafés”.

Tras el ataúd, le ha correspondido el turno a la Ilustre Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón y los Afligidos con el Descendimiento, grupo escultórico de cinco imágenes compuesto por la imagen muerta de Jesús en el momento que José de Arimatea ayuda a bajar al crucificado con Nicodemo y María Magdalena, tras ellos la Virgen de la Esperanza.

La tercera hermandad en salir a la calle de este largo cortejo le corresponde a la Venerable y Sacramental Hermanad de Nuestro Padre Jesús Nazareno que sale con un solo paso, la Virgen de la Amargura, San Juan y la Verónica.

Finalmente, y tras casi dos horas saliendo el cortejo fúnebre, cierra la Tradicional Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores, con la Dolorosa llevada por las calles de Vélez Rubio por treinta y dos costaleros.

Pasada la medianoche se encerraba la procesión en la iglesia de la Encarnación ante la expectación de cientos de vecinos y turistas.