El lado más dulce de la Semana Santa

Semana Santa de Almería

Roscos, leche frita, buñuelos, pestiños y torrijas engalanan las vitrinas de las pastelerías de toda Almería

Gran variedad de dulces en Yemadi, en el barrio de Nueva Andalucía de Almería
Gran variedad de dulces en Yemadi, en el barrio de Nueva Andalucía de Almería / Javier Alonso

Dulces y postres dan sabor, olor y tradición a la Semana Santa. Aprovechando que estamos precisamente en la época del año que mayor variedad de dulces típicos aglutina, puede ser un buen momento para meterse en la cocina y elaborar algunas de las delicias típicas de estas fechas. A gusto del consumidor queda el optar por las recetas tradicionales o por las más innovadoras que cada día van ganando adeptos. En caso de que nuestras habilidades en los fogones sean escasas, siempre está la opción de comprarlos en alguna pastelería de confianza, donde lleven a cabo recetas elaboradas con materia prima de primera calidad. Un buen establecimiento donde dar rienda suelta a las emociones del paladar es ‘Dulces Yemadi’, una confitería panadería del barrio de Nueva Andalucía, en la capital almeriense, donde a diario elaboran una gran variedad de dulces que adornan las vitrinas y enamoran hasta a los menos amantes del azúcar.

Las vitrinas llenas y los clientes en cola para llevarse a casa los manjares que son tradición en esta época del año
Las vitrinas llenas y los clientes en cola para llevarse a casa los manjares que son tradición en esta época del año / Javier Alonso

La torrija

Es uno de los postres más antiguos que se conocen. Consiste en una rebanada de pan (habitualmente de varios días atrás, aunque ahora se elaboran con un pan especial que se puede encontrar en Dulces Yemadi) que es empapada en leche, almíbar o vino y, tras ser rebozada en huevo, se fríe en aceite y después se pasa por azúcar y canela. Los expertos piensan que la asociación de la torrija a la Cuarema y a la Semana Santa se debía a la necesidad de aprovechar el pan sobrante durante el tiempo en que no se podía comer carne. También a la capacidad de este alimento para llenar el estómago sin ofender las creencias. La torrija se ha popularizado hasta convertirse en el dulce más habitual de esta época del año y no solo en España, sino que también se consumen en prácticamente todos los países de Europa, aunque en cada lugar tienen su propia versión, desde Francia a Alemania pasando por los Países Bajos.

De lunes a domingo pasar por la puerta de este establecimiento y no probar es casi como un pecado. Llevan ya semanas preparando sus expositores con roscos, torrijas, leche frita, pestiños y buñuelos. La mayoría son elaborados con las recetas más tradicionales (las de los impulsores de esta pastelería, los padres del actual dueño) pero también hay cabida para las innovaciones que Javier Guerreo ha introducido en su variada carta, como los pestiños rellenos o las torrijas de diez sabores diferentes: la tradicional, la de yema tostada, crema tostada, Kinder, Oreo, Ferrero Rocher, Lotus, Nutella o Rafaello. Emanoran a la vista, por su espectacular presentación, y no defraudan por su sabor. Manjares con los que dar rienda suelta a un buen desayuno, a una sobremesa, merienda o incluso de ‘madrugá’.

Roscos fritos, los más demandados, hechos a diario y de forma totalmente artesanal con la receta de los impulsores de la confitería
Roscos fritos, los más demandados, hechos a diario y de forma totalmente artesanal con la receta de los impulsores de la confitería / Javier Alonso

Al pensar en dulces de Semana Santa las torrijas se colocan en el top ten de la oferta gastronómica. Sin embargo, son los roscos fritos y después pasados por azúcar los que más demandan tienen. En Dulces Yemadi se elaboran 14 kilos diarios de roscos. Se venden todos y faltan. El propio Javier Guerrero es quien elabora el pan de las torrijas, unas barras especiales que en rebanadas engalanan la vitrina expositora con más de tres kilos diarios, y dos kilos de leche frita. El secreto, como él mismo dice, está en la masa y en los ingredientes que se utilicen, que en Yemadi son siempre de primera calidad.

Estos ingredientes que no falten

Leche, limón, canela, azúcar, aceite, huevos y harina no faltan estos días en esta pastelería. Y tampoco los clientes que acuden a recoger encargos o a comprar el pan de cada día junto con algún capricho.

Durante los días de Semana Santa el horario será el habitual aunque por la tarde sólo abrirá el Jueves Santo. Quienes quieran degustar los dulces más tradicionales y los más innovadores sólo tienen que pasar por la calle Pérez Galdós de Almería para seguir el rastro del aroma que les llevará hasta estos manjares tan tradicionales. Pero “siempre es mejor encargar”, como asegura Javier Guerrero, “para que nadie se quede sin probar”.

Las torrijas tradicionales están el top ten pero cada vez son más los adeptos a las innovaciones de Javier Guerrero.
Las torrijas tradicionales están el top ten pero cada vez son más los adeptos a las innovaciones de Javier Guerrero. / Javier Alonso

No hay nadie que entienda la Semana Santa desvinculada de la gastronomía y lo más tradicional son los postres y los dulces, muy similares en cada rincón de Andalucía aunque con algunas variaciones, como ocurre con los potajes o los platos de cuaresma.

Elaboración diaria y artesanal desde las 6:00 de la mañana hasta el cierre

Javier Guerrero es el dueño de ‘Dulces Yemadi’, un negocio que ha heredado de sus padres y en el que ejerce una profesión que le apasiona. Estudió panadería, pastelería y heladería en el IES Almaraya y con 39 años celebra las bodas de plata y los éxitos de su establecimiento, en la calle Pérez Galdós del barrio de Nueva Andalucía. “Desde el Día de Todos los Santos hasta el Día de San Juan el trabajo aquí es vertiginoso. No hay descanso. En Reyes es cuando más horas pasamos elaborando roscones pero es en Semana Santa cuando más variedad y cantidad de dulces ofrecemos. La época en la que estamos ahora es una semana y el trabajo de los roscos, torrijas, leche frita, pestiños y buñuelos se reparte en un periodo de tiempo más largo, aunque nosotros empezamos a elaborar desde que empieza la Cuaresma y acabamos dos o tres semanas después del Domingo de Resurrección pues hacemos roscos todos los fines de semana”, explica Guerrero a Diario de Almería mientras amasa y cuece la leche con la canela y el limón y espera a que se caliente el aceite para freír los primeros manjares de la mañana. Mientras, clientes habituales en la puerta a la espera de los primeros dulces para llevárselos calientes a casa.

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