La lluvia no pudo con la procesión del Silencio
Finalmente la tormenta cesó y la Virgen del Consuelo pudo pasear su belleza incomparable por las mojadas calles de Almería en la noche del Jueves Santo
La intensa lluvia retrasó la salida de la Real, Ilustre y Franciscana Hermandad y Cofradía de nazarenos del Santísimo Cristo de la Redención en su sagrado descendimiento y María Santísima del Consuelo. Cuando parecía que todo estaba perdido, miembros de la cofradía anunciaban que el cabildo de salida en reunión extraordinaria celebrada en los salones parroquiales, habían decidido la inminente salida del cortejo manteniendo el recorrido previsto. Poco antes de las once de la noche, el misterio del Descendimiento salía desde el templo de San Agustín.
La Virgen del Consuelo escuchó la súplica de sus devotos y finalmente quiso procesionar tranquila y serena junto con su Hijo.
María Santísima del Consuelo lucía primorosamente vestida por Juan Rosales en su primera procesión después del proceso de restauración que se llevó a cabo en la ciudad de Málaga, en los meses comprendidos entre Abril y Octubre del pasado año.
La lluvia permitió que la corporación franciscana estrenara una nueva fase de la talla del paso de misterio y la restauración de los varales del palio.
En la calle cubo, una gran lluvia de pétalos de flores preparada por el propio grupo joven de la hermandad, cayeron sobre el palio de la Virgen del Consuelo como gesto de cariño y devoción.
Durante todo el desfile procesional, el guardián del convento franciscano y consiliario de la hermandad portó la reliquia de San Francisco de Asís, la cual fue venerada y besada por todos los componentes del cortejo al comienzo y final del mismo.
El Cristo de la Redención y María Santísima del Consuelo volvieron a su templo por la Rambla Alfareros, entrando de frente en la parroquia franciscana por segundo año consecutivo. Los pasos quedaron expuestos frente al monumento donde se velaba al Santísimo Sacramento. Los nazarenos del silencio concluían su estación de penitencia rezando un padrenuestro para después despedirse de la Palomita de San Agustín que descansa ya hasta el próximo 8 de Septiembre, cuando volverá a bajar de su altar para recibir los besos y los corazones de sus hijos en sus entrecruzadas manos.
Broche de oro a una inapacible jornada de Jueves Santo, en la que gracia a Dios, pudimos disfrutar en la calle del dulce consuelo de la Madre Dios, la Reina de Alfareros, el orgullo de los franciscanos, el rostro mas bello de la Semana Santa almeriense.
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