Tradición de Semana Santa: roscos, borrachillos, leches fritas...

La Semana Santa también huele divina. No por el incienso, sino por los dulces que se cocinan en cada hogar y cada panadería. No hace falta enumerarlos, a todos nos vienen a la cabeza que de esta época del año es tradicional comerse unos roscos, unos borrachillas, el arroz con leche, las leches fritas... Un sinfín de delicatesem de la gastronomía almeriense que hace olvidar por unos días las estrictas dietas de semanas anteriores.

Huevos, leche, azúcar, canela, harina y, sobre todo, mucho amor en su elaboración. Los de las confiterías están para chuparse los dedos, para comprar una bandeja detrás de otra. También es cierto que los que se cocinan en la casa, tienen un sabor especial. Son recetas de las abuelas, que el boca a boca ha hecho que se sigan haciendo como se hacía a principios del pasado siglo. Nada más arraigado a esta tierra en Semana Santa que las ollas de las cocinas de toda la vida, llenas hasta arriba de dulces para el desayuno o el café.

Estos días, los escaparates de tiendas, bollerías y confiterías se llenan de bandejas con dulces bien bañados en azúcar. Darse una vuelta por el Paseo de Almería es una delicia, puesto que las terrazas están llenas de ciudadanos que degustan agradables placeres gastronómicos, que también son una auténtica atracción para los turistas, que no dudan en pedir un arroz con leche de postre o probar los roscos, los borrachillos o los pestiños con una taza de café.

Ya huele a Semana Santa. Desde hace días, de hecho. La cera todavía no se ha quemado, los inciensarios están a la espera de llenarse de material incandescente, pero lo que está ya listo para servirse y ser comido son unos dulces que en estos días, tienen un sabor especial.