Mara Torres y los oyentes de 'El Faro', "es orfebrería"
La voz nocturna de la SER presentará este miércoles la gala de los Ondas
Mara Torres | Periodista: "¿Quién no ha pensado alguna vez en quitarse de en medio?"
"Hay mucho ruido informativo, mucha opinión fácil"
Desde 2018 volvió a ser la voz de la noche profunda con El Faro, en la SER, tras una etapa anterior con Hablar por hablar después de formar parte de Hoy por hoy. Entre 2006 y 2017 fue la conductora de La 2 Noticias mientras afianzaba su labor de escritora con títulos como La vida imaginaria, finalista del Planeta en 2012. Su obra más reciente Recuérdame bailando, homenaje a su fallecida hermana Alicia. Este miércoles presentará en el Liceu de Barcelona la gala de los premios Ondas.
–Con la octava temporada de El Faro, ¿lleva mejor o peor eso de trabajar de madrugada?
–Una se va desacostumbrado. Antes me costaba menos trasnochar, es un horario que te exige mucha disciplina. Llego a casa a las 5 de la madrugada y me levanto sobre las 11.30. Hago un desayuno que es comida. Para preparar la entrevista de El Gatopardo dedica en torno a dos horas y media y me voy a la radio.
–Entonces ¿cuándo tiene tiempo para escribir?
–Los viernes es mi día libre. Para escribir, contestar entrevistas...
–Usted vive en un mundo paralelo, o algo así.
–Yo siempre he elegido horarios alternativos. La noche te permite experimentar, imaginar. Cuando se me ocurrió la idea de El Faro, cambiambos el concepto de los espacios de madrugada. Yo disfruto con el contacto de los oyentes en esas horas intempestivas. Lo vivimos así el equipo de ocho personas, aunque alguien a veces pide un cambio.
–Esa autonomía es salud.
–Es un equipo muy joven. De mi edad es solo la subdirectora, Lara García. Lo que me mantiene activa es el contenido que llevamos El Faro. Es un equipo que decimos sí a lo que nos apetece. A otro tipo de música, a escuchar boleros. En las entrevistas del Gatopardo prima el directo aunque haya alguna entrevista grabada, que solemos hacer al anochecer para que sea una conversación pausadoa y todo mantenga el tono.
–¿Ha cambiado el público que les escucha de noche?
–Empecé hace 25 años. Era una radio silenciosa, clandestina. Ahora hay mucha gente que trabaja en la noche. Nos oyen en los hospitales, los acompañantes de los enfermos, muchos periodstas, gente que, por ejemplo, está recogiendo el material de un concierto. Lo que quieren es un contenido atractivo, que se rían, que puedan aprender, que escuchen a los demás.
–Es radio artesanal.
–De orfebrería. Los oyentes salen en un programa que cuida al máximo las apariciones. Es hacer un programa “con los oyentes”, hacerles sentir, formar parte del espacio. Se han creado comunidades. Entre ellos se conocen y quedan para ir a vernos y a conocerse entre ellos. Tengo oyentes que han viajado desde distintos puntos de España para quedar en la cola de una firma de mis libros.
–¿Quiénes son esos oyentes tan implicados?
–Les tengo cariño: Bosco de Zaragoza, José de Cornellá, María José de Sevilla. Cada día nos llegan unas 100 notas de audio y seleccionamos para emitir unas 40.
–¿Los metepatas dejaron la radio y se fueron a las redes?
–El Faro es un programa de buen rollo y respeto. Los que podían armarla se han ido a otra parte, claro. En Hablar por hablar hacíamos un filtro muy importante de quienes entraban en directo. En El Faro las notas están muy medidas.
–En los Ondas va a entregar premios a muchos amigos.
–Estoy feliz por presentar la entrega de premios más importante de la comunciación. Isaías Lafuente es uno de los compañeros más queridos. Viene a ver a mi equipo por la tarde, a aportar sugerencias. Veré a muchos amigos: Gemma Nierga, Wyoming, Pastora Soler. Y Juan Carlos Ortega, que dará su visión, fue uno de mis gatopardo
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