Almería y Athletic, dos polos opuestos, de la fascinación por la Champions a la cruda realidad de un más que probable retorno a Segunda, disputaron una primera mitad de dominio alterno en el Power Horse, con continuas llegadas al área rival de uno y otro equipo, olvidándose por unos instantes de los 39 puntos que les separan en la tabla clasificatoria (cifras que dan para una permanencia). Ambos llegaban al cierre de la 24ª jornada con bajas sensibles, Montes, Chumi y Baptistao del lado local por Vivian, Nico Williams y Guruzeta en el visitante, lo que no fue óbice para que saliera un choque vistoso.

Garitano optó por darle la alternativa a Radovanovic en el eje de la zaga para taponar las ausencias en la demarcación más sensible del equipo, compartiendo dupla con Édgar, quien a su vez liberó espacio en el centro del campo para la entrada de Baba en el doble pivote junto a Lopy, recuperando Robertone su sitio en detrimento de Melero y estrenando titularidad el Choco Lozano debido a la sanción de Baptistao.

Le jugó de tú a tú el Almería a todo un aspirante europeo, si bien el primer acercamiento fue un disparo de Mikel Vesga que calentaba los guantes de Maximiano. La respuesta indálica llegaba con otro lanzamiento, en su caso de Lopy, que también probaba a Unai Simón. Lástima que al centrocampista senegalés, en el radar del Barça, se le apague la bombilla a la hora de filtrar el último pase en la frontal o domine la suerte de la definición. De lo contrario estaríamos hablando de un centrocampista de época. 

La pizarra de Garitano y Patxi Ferreira salió a relucir en un saque de esquina en corto que culminó con un envío pasado de Robertone al segundo palo para Ramazani y la volea final de Pubill al cielo de Almería, una ocasión que precedió a otro disparo del extremo belga con el interior que Unai no atrapaba en primera instancia, si bien el intento de Lozano por hacerse con el esférico quedaba anulado por fuera de juego del hondureño.

En el intercambio de golpes en que se estaba convirtiendo del duelo respondían los vizcaínos con otra volea firmada por Ruiz de Galarreta tras un saque de esquina que también se marchaba arriba. Mientras Ramazani y Pubill veían amarilla por frenar con agarrones sendos contragolpes, un buen pase de Iñaki Williams para Villalibre terminaba en un duro chut del 'búfalo' repelido por Maximiano.

El meta luso iba a lucir reflejos instantes después, cuando Paredes le ganaba el salto a Pubill en un córner y cabeceaba en el área pequeña, metiendo el arquero la manopla para desviar el esférico del arco cuando los locutores cantaban gol. El entretenido primer acto tocó a su fin con otra intentona almeriense al cabecear Lozano a las manos de Unai un buen servicio desde el costado diestro de Pubill.

Lozano estrenó titularidad y rozó el estreno goleador con este remate de cabeza

Valverde retiró al descanso a Villalibre y Unai Gómez para dar entrada a Raúl García y Muniain en busca de mayor mordiente, mientras que Garitano tuvo que sustituir por obligación a un Lopy con molestias estomacales, que dejaba su sitio a Melero en el 48'. Los locales dispusieron de la acometida inicial del segundo periodo, un buen contragolpe conducido por Ramazani que malograba en la entrega final al abrir en exceso la pelota en busca de Robertone, cuando la situación quizá hubiera requerido la definición por su parte.

Acto seguido el extremo belga demostraba su inexperiencia, un lastre que le impide explotar, al propiciar un nuevo agarrón a un contrario que le suponía la segunda amarilla y la expulsión con más de 35 minutos por delante, dejando a los suyos muy mermados ante un Athletic dispuesto a apretar el pistón. Tocaba picar piedra más que nunca.

Era cuestión de tiempo que cayese el 0-1 y Valverde introdujo más madera con Sancet y Herrera por Ruiz de Galarreta y Vesga, mientras que Garitano refrescaba con un triple cambio para meter a Langa, Embarba y Marezi por Centelles, Arribas y Lozano, en un movimiento que supuso el estreno del lateral zurdo mozambiqueño aterrizado en el mercado invernal procedente del Chaves portugués para cubrir el traspaso de Akieme al Stade Reims.

Pero el tanto bilbaíno no llegó por la falta de elaboración y claridad en las acciones ofensivas, por una vez bien vigiladas por la retaguardia indálica, en la que Radovanovic tuvo un feliz estreno dejando el marcador a cero por cuarta ocasión en este curso (antes fue frente a Betis, Mallorca y Girona), todas ellas en casa y con Garitano al mando. La tuvo no obstante Raúl García en el 87' en un violento cabezazo a centro de Ander Herrera que repelió el poste. 

En un último resuello de pundonor y coraje el Almería pudo anotarse su primer triunfo desde que el pasado 20 de mayo derrotase por 3-0 al Real Mallorca con hat trick de Lázaro Vinicius (cedido al Palmeiras) pero Marezi se vio solo ante Unai Simón para culminar una transición y el espigado ariete serbio mandaba un duro chut a la cruceta tras un buen servicio de Melero, cuando la acción tal vez requiriese un toque más sutil.

Punto insuficiente dadas las aspiraciones indálicas en su desesperada lucha por ganar un partido (la permanencia es una utopía desde hace tiempo), pero un punto bastante sudado al fin y al cabo que suma para la meta de no acabar el curso como el peor colista de la historia en Primera, dudoso honor que recae en el Sporting de Gijón desde la temporada 1997-1998, que apenas fue capaz de rascar 13. Con este son además ya 27 partidos consecutivos sin lograr una victoria (3 de la anterior campaña y 24 de la presente), cifra que provoca que la UDA iguale el récord del Levante. Caso de no ganar el próximo domingo en Los Cármenes (16:15) ante el Granada los almerienses batirían un triste registro.