No hay que dejar para mañana lo que uno puede hacer hoy. En el caso del Almería, lo correcto sería no dejar para el fin de semana que viene el festejo del que puede disfrutar mañana sábado. Los de Rubi tienen el ascenso al alcance de su mano, son el conjunto mejor posicionado y el calendario es propicio para sumar incluso los nueve puntos, pero el último paso siempre es el más difícil. Sobre todo después del mini chasco que supuso el triunfo del Valladolid en Eibar.

Pero si el Almería no suele mirar lo que hacen sus rivales, ahora es el momento de centrarse única y exclusivamente en sus encuentros para dejarlo todo sentenciado. Y esto pasa por sacar los tres puntos en el Reale Arena. Que pueden valer otros resultados y que incluso el Almería puede permitirse el lujo de perder, es cierto. Sin embargo, el César, además de serlo, debe de parecerlo. Y al líder se le exige que venza a los equipos de la zona baja. 

Para que el ascenso se produzca este mismo fin de semana, es condición indispensable que el Almería venza a la Real Sociedad B. De ser así, una derrota del Eibar y un empate del Valladolid, o simplemente una derrota pucelana haría posible que la Plaza de las Velas se tiñera de rojiblanco nueve años después. En 2013 fue el último ascenso, en el play off, y precisamente el damnificado de aquella fiesta rojiblanca, Rubi (estaba en el Girona) quiere ahora disfrutar con Almería del regreso a la máxima categoría.

Ramazani es baja segura, mientras que Rodrigo Ely, Robles y Curro entrenaron este jueves con normalidad

Los rojiblancos llegan tras sacar un importante triunfo la pasada semana ante un Amorebieta que le puso las cosas complicadas en la primera parte del partido y que ha dejado secuelas, ya que el técnico indálico afronta el choque con bajas. El rojiblanco no podrá disponer de los lesionados de larga duración Iván Martos y Juanjo Nieto, a los que se unió en ese duelo Largie Ramazani, además de que Rodrigo Ely tuvo que ser sustituido por molestias que parece que no le impedirán estar ante el filial txuri-urdin.

Rubi es consciente de que no va a ser un partido fácil y, en principio, el único cambio que se aventura en los planes del técnico catalán es el cambio de Appiah por el lesionado Ramazani. Enfrente estará una Real Sociedad cuyos números como local invitan al optimismo (cuatro victorias, cuatro empates y once derrotas), pero la confianza sería el peor enemigo.

La Real B, con el once de gala

Los donostiarras solo han enlazado tres victorias en dos ocasiones en la presente Liga y una de ellas ha llegado justo en el momento oportuno, con todo por jugarse y con Málaga y Sporting a dos puntos, un escenario con el que no contaba ni el aficionado más soñador hace solo un mes.

Esa buena inercia de la Real le concede opciones ante un rival a priori favorito, pero el apoyo de la afición y la confianza tras los triunfos le puede venir de maravilla a los locales y también a su vecino Eibar, rival de los almerienses en la lucha por el ascenso directo.

La doble cara que viene mostrando al equipo guipuzcoano entre los partidos de fuera y los de casa es el principal obstáculo para el equipo txuri urdin, que ha perdido en tres de sus cuatro últimas comparecencias en el Reale Arena.

La Real tendrá para este encuentro mucha pólvora ofensiva ya que podrá contar con los jugadores convocados por Imanol Alguacil ante el Cádiz salvo imprevisto, como Karrikaburu, Djouahra, Lobete o Martín, a los que suma el talento de Robert Navarro y un Xeber Alkain que viene en buena forma tras marcar la pasada jornada.